Autolesiones pueden ser la antesala del suicidio.
La práctica del «cutting», que consiste en realizar autolesiones en manos, muñecas, brazos, piernas o en el vientre, encuentra un detonador importante en los medios digitales, donde niños y adolescentes encuentran información, comunidades e incluso guías para evitar ser descubiertos en los entornos familiares y escolares.
Sin embargo, las redes sociales y las plataformas digitales en general no son factores determinantes, pues en voz de la doctora Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI), esta conducta refleja en sí misma padecimientos como la depresión y la baja autoestima.
«En los jóvenes que se hacen heridas superficiales en diferentes partes del cuerpo usando objetos punzo cortantes hay enojo, frustración, dolor emocional y mucha ansiedad, además de una tendencia a llamar la atención de los adultos y de otros jóvenes. En ocasiones va acompañado de otro tipo de trastornos como la bulimia o la anorexia y puede ser consecuencia del bullying e incluso de abuso sexual».
En entrevista con Con$umotic, la especialista enfatizó que si bien no es conveniente «satanizar» los medios digitales, sí es fundamental reconocer que cuando una persona incurre o está interesada en este tipo de autolesiones, el espacio digital es una pieza más y en donde encuentran gran cantidad de contenidos que sugieren, invitan e incentivan su realización.
Explicó que el papel de los padres como acompañantes de los adolescentes en su vida diaria, tanto en el ámbito físico como en el digital, es fundamental para prevenir, detectar o detener el «cutting», una práctica que en muchos casos inicia como juegos o retos que encuentran fuerte difusión en redes sociales y otro tipo de plataformas digitales.
«El cutting puede empezar como un juego o un reto. Si la persona no tiene una situación emocional extra, podría ser que lo realice y lo abandone sin ir más allá; pero si no es así, se convierte en una conducta repetitiva que manifiesta una tendencia futura al suicidio».
Sotelo Arias refirió que en la adolescencia es común el interés por competir o pertenecer a ciertos grupos; sin embargo, el auge de las redes sociales contribuye a la difusión de prácticas que ponen en riesgo la salud emocional y la vida de quienes las realizan.
«Parte de la dinámica del cutting es no ser descubierto, tratar de burlar la autoridad de papá, de mamá, de las autoridades escolares y se trata de ver quién hace más cutting sin ser descubierto por los maestros, o ver quién lo puede hacer en la escuela, se comparten imágenes, tips y sugerencias para hacerlo más y mejor».
La doctora insistió que la ausencia física o emocional de los padres provoca que los niños y adolescentes aumenten su apego a los dispositivos móviles y vean en el entorno digital un espacio de convivencia, compañía y de identificación con otras personas y comunidades.
Un entorno familiar unido, fuerte y atento a las necesidades emocionales de sus integrantes representa una barrera de contención a conductas peligrosas y abre la puerta al uso responsable y seguro de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
En opinión de la especialista, si un niño o adolescente ya cayó en esta conducta y tiene padres lo suficientemente fuertes y atentos, lo podrán acompañar y saldrá adelante; sin embargo, una persona que se siente o está emocionalmente sola tiene un camino mucho más complicado.
«La intención del cutting es lastimarse como una manera de existir, son adolescentes muy solos, deprimidos, abandonados y abúlicos, al sentir el dolor provocado por el corte, se recuerdan a sí mismos que están vivos. Las etapas y el camino puede ir desde hacerse una pequeña lesión, hasta llegar a un momento en el que no se puede parar, y es ahí en donde aparecen los riesgos de suicidio, se le puede pasar la mano y darse un corte letal».
Señales de alerta.
Conversaciones en torno a las autolesiones, tener o compartir imágenes relacionadas con el «arte» de cortar alguna parte del cuerpo con navajas, tijeras o cuchillos, y el uso sistemático de ropa que oculte brazos, muñecas, piernas y abdomen, son algunas señales que pueden indicar que un niño o adolescente está practicando «cutting».
«Si en casa empiezan a desaparecer cuchillos, navajas, sacapuntas y otro tipo de herramientas que sirvan para cortar, o bien empiezan a aparecer este tipo de objetos; así como que se empiece a usar material de curación como gasas son señales importantes, a veces también los jóvenes empiezan a usar una gran cantidad de pulseras o brazaletes para ocultar las muñecas».
Claudia Sotelo refirió que de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, en México la práctica del «cutting» se registra predominantemente entre niños y jóvenes que van de los 10 a los 20 años de edad y con mayor incidencia en mujeres.
«Esta conducta se presenta más en mujeres porque es una conducta que puede considerarse pasiva, un chico que se quiere lastimar o infligir dolor realiza otro tipo de prácticas más externas y evidentes, las mujeres tienden a hacer conductas que pueden ocultarse».
Día Mundial para la Prevención del Suicidio
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el suicidio como el acto deliberado de quitarse la vida; este hecho es considerado grave y perjudicial tanto para el individuo que lo comete, como su contexto, debido a la intención destructiva que hay en él.
Con el propósito de reducir los índices de suicidio, el 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, se fomentan en todo el mundo compromisos y medidas prácticas para prevenirlo.
En opinión de Claudia Sotelo Arias, si bien dentro de las causas que provocan el suicidio se encuentran diversos factores biológicos, psicológicos, sociales, ambientales y culturales; debido al gran impacto que tienen los medios digitales en la vida cotidiana de las personas, éstos se colocan como un ingrediente adicional.
«No es que los medios y las redes sociales sean responsables, van a hacer un factor más. Si una pieza hace clic y embona con otras piezas se tendrá como resultado un suicidio. Se tiende a satanizar el uso de las redes sociales pero uno de los factores fundamentales es la familia, si los padres están observando, acompañando y supervisando el uso de estos medios, sin caer en la prohibición, la experiencia es diferente».
Sin embargo, añadió, la inmediatez que ofrecen los medios digitales sí juega un rol importante en el nivel de tolerancia y frustración que las personas son capaces de tener, lo cual se refleja en la conducta y las relaciones interpersonales.
«Socialmente estamos en un momento en donde en general las personas somos poco tolerantes a la frustración, queremos todo de inmediato. En el caso de los adolescentes, pareciera que el recurso emocional de pedir ayuda cuando enfrentan, por ejemplo, una decepción amorosa, no existe y pueden llegar a ver el suicidio como una medida rápida para solucionar un problema, no se permiten sentir dolor o frustración».
Aunque uno de los grandes beneficios de la era digital es tener casi todo aquí y ahora, cuando se trata de regular las emociones, estos elementos juegan en contra, sobre todo si en el entorno de la persona hay otros elementos detonadores.
«En este momento, la sociedad quiere todo aquí y ahora, y si no se tiene así ya no sirve. Si alguien decepciona a otra persona, ya no se tiene la fuerza emocional para volverlo a intentar, y entonces recurre a quitar el like, a borrar los contactos de las agendas o a bloquear en las redes sociales, esas son las herramientas en un ambiente digital tan inmediato, desechable y omnipotente, y pueden privar a las personas de la oportunidad de fortalecer sus relaciones interpersonales».
C$T-GM