IAB estima que la industria sólo en EU pierde 8.2 mil mdd.
La presencia de las marcas en las plataformas digitales presenta un incremento sustancial de la demanda de publicidad digital; sin embargo, como sucede en diferentes ámbitos tecnológicos esto también ha despertado el interés de la delincuencia, pues de acuerdo con la Federación Mundial de Anunciantes (WFA) por cada tres dólares que se invierten en gasto publicitario, uno representa el fraude publicitario.
Datos proporcionados por la Interactive Advertising Bureau (IAB), señalan que el fraude publicitario sólo en Estados Unidos genera pérdidas a la industria del orden de los 8.2 mil millones dólares, como resultado de que los estafadores encontraron formas de jugar con el sistema y ganar dinero al publicar anuncios de manera que ninguna persona real pueda verlos.

Se estima que para el 2025 las pérdidas podrían superar los 50 mil millones de dólares, lo cual ubica al creciente fraude publicitario a nivel mundial, solo por debajo de actividades realizadas por el crimen organizado como el tráfico de drogas, además de las “enormes implicaciones financieras y éticas” que genera en toda la comunidad publicitaria.
La publicación de LAMAC INSIGHTS detalló que este tipo de ilícitos también tiene un daño directo al usuario pues un anuncio engañoso realiza descargas automáticas de elementos maliciosos, para realizar redireccionamientos automáticos que lleven al usuario a páginas o sitios web conocidos pero que se usan para instalar malware o robar datos confidenciales.
“Los anuncios contienen un código JavaScript para minar criptomonedas sin que el usuario lo sepa. Los estafadores ganan dinero, mientras que los smartphones de los usuarios ven cómo el rendimiento de su teléfono se ve afectado y su batería agotada”.
La publicación indica que los anunciantes requieren de tráfico de alta calidad para que sus campañas sean un éxito, esto lo saben los estafadores, por lo que la mayoría de las formas de fraude implican convertir el tráfico no válido en algo que parezca legítimo.
Algunas de las prácticas fraudulentas es que varios anuncios se apilen uno encima del otro, aunque solo habrá un anuncio visible (superior), “sin embargo, todos los anuncios se pagan, independientemente de si son visibles o no”; de igual forma pueden aplicar una App “falsa” capaz de enviar un identificador falso a los anunciantes para hacerles creer que es una aplicación premium pero en realidad tiene espacios de baja calidad.
Es común que los estafadores recurran a bots maliciosos o “granjas de clicks” para generar dinero proveniente de los anunciantes que pagan más por espacios publicitarios con altas tasas de clicks o que pagan por click, además de otra modalidad que es la inyección, en la cual Apps de Android (normalmente con permisos excesivos) activan un click antes de que se complete la instalación de una nueva aplicación. Los “estafadores” reciben dinero por la instalación quitándoselo directamente al anunciante.
Todas estas prácticas refuerzan la importancia de que las marcas estén asociadas con medios y canales de comunicación que cuenten con procesos rigurosos altamente controlados, lo cual garantice a los anunciantes que su reputación no está en riesgo, y que el ciento por ciento de sus anuncios están inmersos en un contexto confiable y seguro.
C$T-EVP