En los próximos tres años, las 5 mil empresas más prominentes de América Latina, podrían destinar más de 25 por ciento de sus presupuestos de tecnología a iniciativas de Inteligencia Artificial (IA), lo que impulsaría un crecimiento de dos dígitos en innovación de productos y procesos.
Las proyecciones del estudio de IDC sobre la industria en América Latina, indican que la IA dejó de ser la tecnología de moda, para convertirse en una verdadera revolución que está cambiando las estructuras y estrategias empresariales.
Sin embargo, de acuerdo a Gilson Magalhães, vicepresidente y director general para América Latina de Red Hat, el escenario no está exento de complejidades, entre otras razones, porque a algunos líderes corporativos tienen más entusiasmo que conocimiento sobre la tecnología, la cual a veces se traduce en no lograr los resultados deseados.
Al respecto, detalló que “una innovadora alternativa que podría atender aquellas necesidades de las organizaciones, es el concepto de Small Language Model (SLM)”.
Se trata de una fórmula simple: desarrollar modelos de lenguaje más pequeños, totalmente de código abierto, construidos sobre datos públicos y diseñados específicamente para necesidades corporativas concretas, que resultan más accesibles, ágiles, sostenibles y baratas que los grandes modelos de lenguaje (LLMs).
Sectores como el bancario, telecomunicaciones, los servicios de atención al cliente y ventas al menudeo, parecen los candidatos ideales para adoptar este criterio y el ejemplo son los chatbots, que permiten la comunicación eficiente con los clientes.
Una segunda etapa se caracteriza por el desarrollo de aplicaciones especializadas capaces de analizar variables complejas y tomar decisiones precisas. En esta etapa, la creación de soluciones puntuales no sólo optimizará los procesos de producción, sino también impulsará la modernización tecnológica de las organizaciones.
El panorama actual de la IA revela una evolución hacia proyectos más maduros y estratégicos, con un enfoque centrado en el retorno de la inversión.
Según la encuesta de la consultora Ernst & Young sobre el pulso de la AI 2024, entre 75 y 84 por ciento de las empresas han experimentado resultados positivos tras incorporar soluciones de IA en áreas críticas como eficiencia operativa, productividad, mejoras tecnológicas, ciberseguridad, satisfacción del cliente e innovación de productos.
Esta tendencia apunta hacia una inversión cada vez más selectiva y concentrada en agentes especializados para necesidades industriales específicas.
Sin embargo, Gilson Magalhães advirtió que el éxito en la implementación de cualquier solución de Inteligencia Artificial, sin importar su tamaño, ni la industria a la que se aplique, “depende completamente de la capacidad humana para formular las preguntas correctas y definir estratégicamente su propósito”.
De ahí que es importante para las empresas y sus directivos estar conscientes de que la Inteligencia Artificial no es la panacea, ni un fin en sí mismo, sino una herramienta potente que amplifica el potencial humano, pero sus resultados dependen de la habilidad de las personas para guiarla.
En ese sentido, indicó que las organizaciones deben tener una visión estratégica clara de cómo integrarla, pues de lo contrario el riesgo es quedar obsoletas en un mercado cada día más competitivo y cambiante.
C$T-GM