La participación de empresas lideradas por mujeres en los procesos de contrataciones públicas es un paso necesario para contribuir en la reducción de las barreras que se interponen en el desarrollo económico de esta parte de la población, pues el mercado de adquisiciones puede representar entre el 30 y 40 por ciento del PIB de los países en desarrollo.
En el estudio “Transparencia y género: el impacto de las compras electrónicas en el acceso a licitaciones públicas de las PyME lideradas por mujeres”, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), refiere que en 2014 el gasto en contrataciones públicas en América Latina y Central alcanzó 7.7 por ciento del PIB mundial.
El documento subraya que las barreras que se interponen a la participación de la mujer en la economía, como la falta de recursos financieros, deficiencias de capital humano, dificultades en el desarrollo del capital social mayores responsabilidades familiares y de cuidado, hacen que la participación de ellas en las compras públicas sea muy baja.
“En Chile, por ejemplo, las empresas de propiedad de mujeres representan solo tres de cada 10 proveedores del Estado; además son más pequeñas, tienen menos años de experiencia y sus niveles de facturación son menores”.
El BID puntualiza que diversos países de América Latina han impulsado en la última década reformas institucionales que apuntan a fortalecer y digitalizar sus procesos de contratación pública.
Estas reformas han generado múltiples mejoras al reducir los tiempos de los procesos de contratación pública, facilitar el acceso transparente a la información sobre aquellos, simplificar los procesos de presentación de ofertas y permitir las que esto último se haga en modalidad digital, entre otros cambios.
Asimismo, la democratización en el acceso a las ofertas públicas ha propiciado un efecto positivo indirecto: la participación de un mayor número de firmas lideradas por mujeres en las licitaciones públicas.
Al analizar la plataforma electrónica de compras públicas, Compr.Ar, el BID señala que el tamaño del mercado de adquisiciones, que a menudo representa entre el 10 y el 15 por ciento del PIB de los países desarrollados y puede representar entre el 30 y 40 por ciento del PIB de los países en desarrollo, es un factor importante de la actividad económica.
Así, el tamaño del gasto gubernamental, la contratación pública tiene el potencial de ser una herramienta de política pública útil para el crecimiento y la transformación socioeconómica de un país.
“Promover el espíritu empresarial de las mujeres a través de compras del Estado es una forma de cerrar o al menos reducir la brecha de género. Por ello, los gobiernos cumplen un papel en lo que tiene que ver con alentar la participación de empresas lideradas por mujeres en la contratación pública”.
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