La Inteligencia Artificial Generativa (IAG) ofrece la enorme posibilidad de cambiar al mundo, pero es muy pronto para decir en qué medida, cómo y cuándo; lo que sí es un hecho, es que al igual que otros grandes avances de la humanidad, se trata de una herramienta colectiva que se nutre de las ideas de muchos y no está exenta de riesgos en tres aspectos específicos: confianza, trabajo y normatividad.
En el contexto del encuentro México Siglo XXI edición 2024, Matt Wood, vicepresidente de productos de IA de Amazon, recomendó a los becarios de Telcel y Telmex, “ser escépticos respecto a los resultados que se obtengan con el uso de la IAG” y combinarla con otras herramientas para obtener mejores resultados.
Por ahora, dijo, lo más importante es que se trata de una herramienta democrática a la que todo el mundo tiene acceso, sin tener que ser especialista en programación o conocer cómo funciona la tecnología, aunque no está exenta de riesgos:
Sobre la confianza, recalcó que la IAG puede generar noticias falsas, que dañan a la sociedad o generar información equivocada, que puede conducir a errores importantes; en ese sentido, hay mucho trabajo por hacer para identificar qué contenidos son reales y cuáles no y por eso recomendó “mirar con escepticismo esos contenidos”.
Sobre la preocupación de que algunos empleos vayan a desaparecer, dijo que en general esta idea es de menor dimensión a lo que se teme, aunque sí es verdad que algunos empleos van a desaparecer, por lo que se recomienda a las personas que eleven sus conocimientos o adquieran otros nuevos, como en su momento hicieron los copistas ante la invención de la imprenta.
Respecto a la normatividad se dijo convencido de que deben establecerse estándares de responsabilidad, protección de datos personales y derechos de autor, por lo que en el futuro se tendrán que encontrar soluciones para mantener a la IA dentro de los estándares de la ética para evitar abusos.
Por ahora, la Inteligencia Artificial Generativa tiene la ventaja de que “no se requieren grandes conocimientos para usarla”, pero lo importante es saber cómo hacer las preguntas para que esta herramienta devuelva información útil. “No podemos confiar siempre en lo que la IAG nos diga; pero sí la podemos usar como información complementaria.
Reconoció que es difícil saber cuánto tiempo tardará esta tecnología en dar el salto cuántico hacia su verdadero potencial, pues incluso si se le representara en una gráfica como una línea en forma de “S”, donde primero surge, luego tiene un brinco muy importante y finalmente se estabiliza su crecimiento, “hoy no podríamos decir en qué parte de la gráfica estamos”.
Empero, es una herramienta potente que puede usarse para resolver problemas como el cambio climático, descubrir la cura para el cáncer o acelerar la investigación científica, aunque insistió en que lo más importante es usarla como una herramienta más, combinada con otras.
Al igual que otros grandes cambios tecnológicos que significaron verdaderas revoluciones en su tiempo, la IA es un avance que no depende de grandes ideas aisladas, sino de observaciones metódicas y concretas que hacen las personas en un contexto que, juntas, cambian de manera dramática las cosas.
A manera de ejemplo, citó el caso de la imprenta inventada por Johannes Gutenberg: no fue producto de su sola idea, sino el conjunto del trabajo de personas que antes desarrollaron los caracteres móviles, la fundición de los tipos, las piezas metálicas que conforman la imprenta, la tinta adecuada y otros factores que, juntos –y después de algunos años—terminaron en la invención de la imprenta que revolucionó el mundo para siempre y democratizó el conocimiento de una manera hasta entonces inimaginable.
Algo similar pasa ahora con la Inteligencia Artificial Generativa, que está en sus primeros pasos y a pesar de que está avanzando mucho, aún es imperfecta y los resultados que produce cuando alguien le pregunta algo, todavía tienen que ser tomados con reserva y confirmar la información con otras fuentes, porque aún falta que ésta y otras tecnologías se junten para hacer algo revolucionario que cambie totalmente el mundo.
Sin embargo, este especialista en IA –que tiene formación profesional de médico– enfatizó que el cambio podría ocurrir en algún plazo más o menos cercano, pero es importante que por ahora, la herramienta se utilice como parte de un grupo de herramientas mayor, para producir mejores resultados.
C$T-GM







































