Bots malvados, el otro lado de la moneda.
En un mundo hiperconectado habilitado por 5G y futuras redes de telecomunicaciones, el rol que tendrán las máquinas inteligentes conectadas en las actividades cotidianas a lo largo de la próxima década entusiasma a usuarios que ven viable usar nanobots en el torrente sanguíneo para combatir el cáncer, que esperan un vehículo autónomo que tome decisiones, o incluso, imaginan cómo la Inteligencia Artificial (IA) les ayudaría a vaciar máquinas expendedoras o hackear smartphones.
De acuerdo con el estudio 10 Hot Consumer Trends 2030 de Ericsson, el desarrollo de chips de Inteligencia Artificial (IA) de bajo costo, baterías más ligeras y redes 5G de baja latencia hará posible el uso cotidiano de “exoesqueletos”; es decir, trajes inteligentes que protegen el cuerpo humano y permiten nuevas habilidades.
“Seis de cada 10 personas consideran que en 2030 los exoesqueletos permitirán cargar prácticamente cualquier cosa y guiar en reparaciones del hogar. El 76 por ciento cree que existirán trajes inteligentes que corrijan la postura de sus usuarios en las actividades diarias. La mitad incluso aseguró que estarían dispuestos a usarlos”, dijo Catalina Irurita, Vicepresidente de Marketing, Comunicación y Relacionamiento Institucional de Ericsson para Latinoamérica Norte y El Caribe.
Al presentar el reporte, la ejecutiva habló de las expectativas de los usuarios de tecnología a nivel mundial, particularmente en grandes metrópolis de América Latina como Ciudad de México y Sao Paulo, en Brasil, donde el interés por aprovechar al máximo los avances tecnológicos es claro.
La encuesta, realizada a más de 7 mil usuarios regulares de tecnologías como Realidad Virtual (RV), Realidad Aumentada (RA) y asistentes virtuales, o que piensan utilizarlas en el futuro cercano, destaca que 47 por ciento quiere usar nanobots en su torrente sanguíneo para combatir el cáncer o los virus al intercambiar datos con los dispositivos de otras personas.
La tecnología de colaboración es otra de las tendencias tecnológicas marcadas por los usuarios, pues a 43 por ciento de las personas a las que les gustaría tener bots comunitarios estarían dispuestas a delegar su identidad a un dispositivo que los represente en escenarios comunes como negociar la renta de un inmueble, usar su tarjeta de crédito o incluso votar en su lugar.
El reporte de Ericsson también muestra que en la próxima década la conectividad se volverá cada vez más vital para la estructura social, por lo que se espera una conexión más fluida donde sea que se encuentren las personas.
“El 83 por ciento de los encuestados cree que en 2030 existirá un localizador inteligente de señal que guiará a los puntos con cobertura óptima, incluso en lugares concurridos. Mientras que 86 por ciento espera que la conexión en hogares mejore significativamente, con puntos de acceso que conecten sus dispositivos a fibra, cable, 5G y Wi-Fi sin necesidad de configuración”.
Para los usuarios entrevistados, es posible imaginar que en 2030 existirán sistemas de gestión financiera que explicarán cómo se están manejando sus inversiones; en tanto que para 78 por ciento, los vehículos autónomos tomarán las decisiones en tráfico leve y explicarán al conductor por qué las tomaron.
Bots malvados, el otro lado de la moneda.
Si bien el rol de la tecnología, en el presente y futuro de la vida cotidiana, es indiscutible, también lo es el hecho de que la moneda tiene otro lado relacionado con el uso malitencionado, siendo los propios usuarios los que imaginan bots al servicio del mal.
El 93 por ciento de las personas entrevistadas espera que para el 2030 exista al menos un tipo de bot malintencionado; incluso, 37 por ciento de quienes usan Realidad Virtual (RA) y Realidad Aumentada (RA) aseguraron que les gustaría usar un bot para contrabando o atacar gente en las calles, mientras que 15 por ciento de este mismo grupo usarían IA para robar tarjetas de crédito, cerraduras de coches, vaciar máquinas expendedoras o hackear smartphones.
“Se puede argumentar que la tecnología es neutral pero las personas no lo son. Sobre la base de estas predicciones, la necesidad de un marco ético estandarizado en Inteligencia Artificial parece más urgente que nunca. Dentro de esta tendencia de bots malvados, entran ataques cibernéticos, espionaje y piratería. El marco ético y las regulaciones serán muy importantes para el futuro”.
En un contexto en el que las máquinas conectadas son cada vez mejores para asesorar a los usuarios en sus actividades cotidianas en el ámbito de la alimentación, el ejercicio y la productividad, los “bots mandones” son otra de las tendencias identificadas en el estudio de Ericsson.
“Siete de cada 10 personas cree que la IA en redes sociales entenderá su personalidad y elegirá un círculo de amistades benéficas para el bienestar mental y físico. Mientras que 74 por ciento predice wearables que registrarán el consumo de alcohol y bloquearán cuentas bancarias o llaves de coche en noches de borrachera”.
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