En México, la conectividad presenta un avance importante, pues en los últimos cinco años, 56 millones de personas que antes no habían tenido acceso a internet empezaron a utilizar esta tecnología; con ello, el mercado mexicano pasó de tener 27 millones de personas conectadas a un total de 83 millones.
“Este avance lo difundo con el corazón, porque lo he vivido desde la trinchera pública y ahora desde la privada, lo cual no quiere decir que no queda mucho en el país por hacer en esta materia”, precisó Mónica Aspe Bernal, vicepresidenta de Asuntos Externos y Comunicación Corporativa de AT&T México, en el contexto del foro Mujeres Poderosas Inclusión Ventaja Competitiva, organizado por Forbes.

Destacó que la brecha digital refuerza desigualdades preexistentes, lo que habla de la importancia de garantizar conectividad y el desarrollo de habilidades digitales, pues la inclusión en esta materia ayuda a eliminar esas diferencias, porque a través del internet se abren espacios de información, productividad, salud, educación, y empleo, entre otras muchas actividades.
Sin embargo, también habló de las brechas de género, donde algunos estudios muestran que un hombre en el ámbito urbano, que cuente con estudios de licenciatura, tendrá 97.8 por ciento de probabilidades de utilizar internet, pero en el caso de la mujer que viva en el campo y tenga sólo la primaria, su probabilidad será sólo del 18 por ciento.
Por ello se pronunció en favor de elevar la conectividad y competencia también entre la población femenina, pues con ello el país, los gobiernos y las empresas podrán aprovechar de mejor manera todo el talento que hay en el país.
En opinión de la directiva, entre mejor estén repartidas las oportunidades más mujeres y hombres con distintos grados de estudio, pueblos indígenas, mexicanas y mexicanos podrán apoyar el desarrollo del país, habrá más crecimiento como sociedad y como economía.
“Seamos Mujeres Poderosas que en la vida profesional y en la vida personal miremos hacia todos lados no solamente para arriba, Seamos líderes incluyentes, es decir, incorporar en nuestras decisiones a quienes no han recibido estas oportunidades”, pues hay una gran cantidad de mujeres en México y en el mundo que no están pensando en romper techos de cristal o buscando terminar con el modelo de liderazgo de empresas que tienen consejos integrados 100 por ciento por hombres.
“El liderazgo es responsabilidad, y las decisiones públicas y privadas debemos tomarlas entendiendo el impacto simbólico que tienen nuestras acciones para las vidas de otras mujeres”, concluyó Aspe Bernal.
C$T-EVP