«No es más un juego de suma y restas, sino de multiplicación”
Desde las primeras señales de automatización en los procesos productivos, el desarrollo tecnológico ha estado asociado a la pérdida de empleos, sin embargo, en la actualidad análisis más precisos muestran el beneficio o el daño que causa en el mercado laboral, ofreciendo un saldo mucho más equilibrado.
“Respecto a las afectaciones que la tecnología tendría en el mercado de trabajo, es importante considerar que la historia nos muestra que la correlación en ningún momento ha sido de suma cero, en donde una parte sólo puede ganar lo que la otra pierde. No es más un juego de suma y restas, sino de multiplicación”, asegura Mario de la Cruz, director Ejecutivo de Políticas Públicas y Relaciones con Gobierno de Cisco México.
Aunque la discusión siempre ha sido la misma y solamente se ha transformado a partir de las etapas históricas, que abarcan desde la Revolución Industrial iniciada en el siglo XVIII, hasta la digitalización de nuestros días, la respuesta a esta interrogante se inclina más bien hacia que los nuevos paradigmas tecnológicos hablan de la eliminación pero también de cómo impulsan la creación de empleos a través de nuevas herramientas educativas.
La discusión, alimentada por datos y cifras contrastantes ha sido tal que a lo largo de la historia ha provocado movimientos sociales y cambios dentro del pensamiento económico, que a su vez han impulsado el desarrollo de herramientas y habilidades analíticas para tratar de cuantificar las distintas variables provenientes del avance tecnológico.
“El progreso de la humanidad tiene la forma de un espiral en ascenso. Estamos, pues, en los umbrales de una etapa que se regirá cada vez más por la misma dinámica de cambio e innovación, que no cesa de asombrarnos al conocer lo que el llamado internet de las cosas, acaso el ejemplo más acabado, pone a nuestro alcance día a día”, agregó el experto en su artículo “¿Afecta la tecnología al empleo?”.
Destaca que aunque estos cambios tecnológicos han tenido un efecto en la disminución o eliminación de puestos específicos de trabajo, a la par se han caracterizado por la demanda de nuevos empleos, con un aumento del conocimiento y del desarrollo de novedosas habilidades personales.
«A poco más de tres siglos, la sociedad ha podido asimilar los cambios tecnológicos, acortando los ciclos de estabilidad que caracterizaban la economía pre-industrial, en las que un oficio se ejercía durante generaciones. Hoy, no es infrecuente trazar una línea en la que se observa al abuelo obrero, al padre profesionista y al hijo con posgrados universitarios. Todos con esperanza y calidad de vida en aumento».
El desarrollo tecnológico además de ser un elemento fundamental para avanzar en prácticamente todos los aspectos de la vida, desde la medicina hasta la alimentación, actualmente ha facilitado la comunicación instantánea a buena parte de la población mundial.
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