Alineado a su iniciativa Visión 2025, Reinvertir en las Américas: Una Década de Oportunidades, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó el Programa Turismo Futuro a través del cual invita a destinos turísticos de América Latina y el Caribe a beneficiarse de un diagnóstico sobre su nivel de madurez tecnológica.
Esta convocatoria regional tiene, entre otros objetivos, desarrollar un plan detallado de acción y de pre-inversión consensuado con actores del sector público y privado sobre la transformación tecnológica de los destinos turísticos como herramienta clave para la recuperación y la competitividad del sector en la región.
“La revitalización del turismo regional se articula como el paso necesario hacia la recuperación y la adopción de nuevas tecnologías como el motor necesario de este proceso. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible contemplan a las nuevas tecnologías como un elemento básico hacia la inclusión, la sostenibilidad, la competitividad y el desarrollo económico”.
Y es que América Latina y el Caribe es una de las regiones donde el sector turístico ha tenido mayor expansión, al generar 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y 9.0 por ciento del empleo en el 2019, de acuerdo con datos del World Travel and Tourism Council.
Sin embargo, la crisis generada por el COVID-19 ha afectado a este sector notablemente, produciendo una contracción del 50 por ciento del PIB turístico regional en 2020.
El organismo explicó que entre las propuestas que recibirá hasta el próximo 30 de marzo, seleccionará 10 destinos de entre los 26 países miembros: Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela.
Sobre los destinos elegibles para este proyecto, financiado por el Fondo General de Cooperación de España en el BID, puntualiza que se trata de aquellos consolidados que no pertenecen a más de dos municipios; quedan excluidos circuitos nacionales o regionales y los destinos postulantes podrán ser urbanos, costeros o de naturaleza.
Al respecto, Adela Moreda Mora, especialista de turismo por el BID, expone que en América Latina y el Caribe, es de vital importancia incorporar, en la fase de consolidación de la recuperación de la actividad turística, tecnologías que permitan el desarrollo de una experiencia física y digital que se complementen.
A decir de la también autora del texto La ineludible apuesta tecnológica del sector turístico de América Latina y el Caribe, una convergencia acelerada de tecnologías emergentes pueden convertirse en importantes aliadas para gestionar los cambios profundos en la configuración del mercado turístico post-COVID-19.
“Las tecnologías digitales son fundamentales para consolidar sistemas de inteligencia turística que ayuden a gestionar en tiempo real datos epidemiológicos y de mercado; la inteligencia artificial facilita la realización de campañas micro segmentadas para reactivar los mercados con mayor potencial”.
Los asistentes virtuales, abunda, permiten responder preguntas masivas sobre coronavirus u otros tipos de crisis; los sensores y el Internet de las Cosas (IoT) permiten monitorear flujos turísticos y cambios en las condiciones medioambientales del entorno; las tecnologías de energía limpia pueden reforzar la acción climática de los destinos, entre otras muchas opciones posibles.
No obstante, advierte que no todas las empresas están preparadas para aprovechar las oportunidades de la digitalización y tecnologías emergentes, especialmente en el sector turístico de América Latina y el Caribe, en el que predominan las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyme).
Ello porque en general, el desempeño de este tipo de empresas de la región presenta debilidades persistentes durante décadas: se sitúan fuera de los mercados más dinámicos y sus procesos de producción e innovación se basan en tecnología obsoleta o apenas productiva, lo que se refleja en una importante brecha de productividad laboral respecto a las grandes empresas.
En este marco, considera que el Programa Turismo Futuro ayudará a abordar los diferentes desafíos y oportunidades de diferentes destinos turísticos de la región a través de apoyos personalizados, pero también transversales para el conjunto de la región.
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