La fundación Construyendo y Creciendo ha reforzado sus estrategias para continuar la alfabetización a distancia de los trabajadores de la construcción, en beneficio de más de 27 mil 500 personas que han logrado concluir un nivel de estudios y más de 10 mil estudiantes graduados, labor que este año la hizo merecedora de un premio.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) le otorgó a la organización el Premio Internacional UNESCO-Confucio de Alfabetización 2021, que llega a los 15 años de dedicarse a atender el rezago educativo de este grupo vulnerable, en 153 aulas fijas y móviles, y que tras la pandemia han despertado un mayor interés en la modalidad a distancia.
«Nos dimos cuenta que es fundamental la alfabetización digital y el desarrollo de habilidades tecnológicas, porque si no la brecha educativa que existía tradicionalmente se nos va a hacer insuperable», recalcó Roxana Fabris, presidenta ejecutiva de la fundación.
Con presencia en 16 estados de la República, Fabris reconoció que se han enfrentado a diversas dificultades, uno de ellas el de la conectividad, como sucedió en la comunidad Yaqui en Sonora o en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde se puso en marcha el modelo híbrido de enseñanza para que los estudiantes puedan descargar materiales y no estar conectados todo el tiempo.
En México, dijo, alrededor de 3 millones de personas son empleadas por el sector de la construcción, entre ellos albañiles, carpinteros, plomeros, electricistas, personal de limpieza y diversos puestos, que tienen un promedio de escolaridad de cinco años, cuando el resto de los mexicanos se ubica en 9.7 años.
En entrevista con ConsumoTIC, explicó que para una persona que no ha tenido acceso a la tecnología, aún más para las personas adultas mayores, representa un reto importante aprender desde los nombres de los componentes básicos, como qué es un mouse o un teclado, hasta saber cosas que para otros puede ser tan simples, como imprimir.
“Desde luego, la pandemia nos obligó a todos a reinventarnos, a acelerar procesos que ya traíamos, a reforzar cosas que habíamos hecho bien en el pasado, pero había un nuevo modelo incluso de educación: a distancia”.
Este modelo es a distancia, porque muchos de ellos no tienen las habilidades digitales básicas para poder hacerlo completamente online. “Y lo hicimos a través de mensajes de WhatsApp, a través de redes sociales, como Facebook, que fue muy importante, pues es lo que más manejan”, explicó.
La modalidad de Aula a distancia, de las que ya cuentan con tres espacios, será ya permanente. Representa el 15 por ciento de la matrícula de la fundación. Tienen más de 20 estudiantes que son personas mayores de 60 años de edad, y señaló que durante la pandemia detectaron que gran parte del interés de quienes continuaron estudiando en sus casas fue para ayudar a sus hijos que también tenían clases a distancia, y en su mayoría fueron mujeres.
Aunque durante la pandemia, cuando se cerraron las aulas instaladas en las construcciones, bajó el número de estudiantes “casi el 60 por ciento siguieron estudiando; aunque un dato importante fue que el número de cursos que concluyeron se triplicó. Esto quiere decir que las personas dedicaron realmente el tiempo que estuvieron en casa a estudiar y tuvimos más de 10 graduados de preparatoria”.
En apoyo con el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), Construyendo y Creciendo imparte servicios educativos a personas mayores de 16 años, desde alfabetización hasta clases de primaria, secundaria, preparatoria y computación básica.
También ofrece capacitación laboral sobre albañilería, plomería y electricidad; y de desarrollo humano, en temas de educación financiera, adicciones y sexualidad.
La fundación también tiene una campaña para donación de útiles escolares y, a partir del año pasado, de equipos tecnológicos como teléfonos celulares, tablets o computadoras para los hijos de los trabajadores.
El 8 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Alfabetización, este año con el tema “Alfabetización para una recuperación centrada en las personas: reducir la brecha digital”, para recordar su importancia como factor de dignidad y de derechos humanos, con miras a una sociedad más instruida y sostenible.
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