En esta “quinta era” de la humanidad, donde la convergencia tecnológica disruptiva llevará a la humanidad a dimensiones insospechadas en un plazo de apenas cuatro o cinco años, existe la promesa de que la Inteligencia Artificial se democratice y ayude a más personas y organizaciones a ser más rápidos, simples y baratos los procesos de operación, con especial beneficio en la Pequeña y Mediana Empresa (Pymes), que sin duda será más eficiente al aplicar las nuevas tecnologías.
Sin embargo, la otra cara de la moneda es la alta concentración del poder, pues la aplastante mayoría de los desarrollos de esta tecnología se ubican en Estados Unidos y China, además de que los gigantes de la tecnología no hacen más que crecer y concentrar poder no sólo técnico, sino económico, a velocidades realmente preocupantes, advirtió Alejandra Lagunes, ex senadora de la República y una de las fundadoras de la Asociación Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA).
Al participar en la mesa “Panorama de las Pymes: IA como catalizador del futuro” dentro del evento UnlockedAI, organizado por Exma, la especialista reconoció el poder transformador de esta tecnología, pero advirtió del “enorme reto de concentración del poder por parte de China y Estados Unidos, que son los dos principales desarrolladores”.
Además, indicó que esta concentración se está acelerando de una manera muy rápida y preocupante, en tanto, está generando una visión del mundo sesgada e incompleta, “pues 85 por ciento de los desarrolladores de algoritmos de Inteligencia Artificial son hombres blancos del norte global”, que por supuesto, generan sus productos desde una óptica y una visión del mundo, que de entrada deja fuera a la mitad de la humanidad (las mujeres) y por supuesto está sujeta a visiones que pueden ser discriminatorias por temas de raza, ingresos económicos u otros factores.
Alejandra Lagunes ejemplificó el tema de la concentración económica y de poder con el caso de los tres gigantes tecnológicos Apple, Microsoft y Nvidia que, al principio del actual sexenio (diciembre de 2018) tenián un valor conjunto equivalente a todo el Producto Interno Bruto de México “y hoy, apenas seis años después (septiembre de 2024), alcanzan un valor conjunto de siete veces el equivalente al PIB de México. ¡Eso es concentración!”
En ese sentido, explicó que si bien hay una promesa de democratizar la tecnología, también “hay que poner el piso parejo, a través de políticas públicas, protección a los datos y las cuentas de las personas y las empresas y no descuidar las dimensiones de la reglamentación, la competencia económica y la ética en el manejo de esta tecnología”.
La convergencia de tecnologías ha hecho posible esta era de disrupción que va a repercutir en todo. En un plazo tan breve, es decir, en los próximos seis años (de aquí a 2030), el 50 por ciento de los empleos se transformará y 75 por ciento de ellos estará relacionado de una u otra forma con la Inteligencia Artificial, tecnología cuyo valor global se calcula en 4.4 trillones de dólares, aunque hay distintas proyecciones.
Con un valor de esta magnitud y donde los datos personales son la nueva mercancía más valiosa en el mundo, es crucial cuidar que las políticas públicas ayuden a garantizar el “piso parejo” y en la medida de lo posible evitar la alta concentración en manos de un puñado de gigantes tecnológicos globales, advirtió.
C$T-EVP