El uso problemático de las redes sociales por parte de niños y niñas se elevó en 49 por ciento en el mundo en tan sólo cinco años y parece ser una tendencia que continúa, con una brecha de género, pues son las niñas quienes ocupan porcentajes más elevados en esta medición al identificarlas como “usuarias problemáticas” con mayor frecuencia que a los chicos, revela un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico”.
El estudio “Perspectivas de la economía digital de la OCDE 2024”, destaca que entre los años 2017 y 2022, las cifras comparativas entre 37 países y regiones (sobre todo Europa), también demuestran incrementos sustanciales de niñas y niños entre 11 y 15 años de edad, que reportaron haber sufrido algún episodio de ataque en redes sociales o ciberacoso “en los últimos meses”, sin definir exactamente el periodo, si bien se entiende que menos de un año.
“En los países y regiones analizados, los datos sugieren que, en promedio, el ciberacoso se está volviendo más frecuente y que las niñas son más acosadas cibernéticamente que los niños. El porcentaje de niñas que informaron haber sido víctimas de acoso cibernético al menos una vez en los últimos meses fue significativamente mayor que el de los niños en más de la mitad de los países y regiones analizados en 2021-22”.
Así, algunos países se mantuvieron relativamente estables en la estadística, como Gales, donde el fenómeno pasó de 15 a 16 por ciento; Israel de 10 a 12 por ciento o España de 5.0 a 7.0 por ciento; en tanto, otras naciones reportaron incrementos sustanciales, como Dinamarca al pasar de 10 a 16 por ciento; Canadá de 14 a 21 por ciento y Eslovenia del 13 al 19 por ciento.
Por otro lado, “la evidencia sugiere que los comportamientos negativos en ambientes digitales están aumentando y afectan desproporcionadamente a las niñas”, señala el documento, que también advierte de la “preocupación creciente” que significa asociar estos comportamientos negativos en la esfera digital, con la salud mental.
Asimismo, “las niñas tienen más posibilidades que los niños de ser usuarias problemáticas de las redes sociales y la brecha se está ampliando”. Así, en el total de los países y regiones medidas, se observó que las niñas tienen mayores tasas de problemática que los niños, con excepción de Finlandia donde ellos ganan por un punto (9.0 por ciento ellas y 10 por ciento ellos).
En 23 de los 39 países y regiones revisados, las niñas sobrepasan el 10 por ciento en esta categoría y los niños solamente en cinco, con las mayores brechas en Rumania (19 por ciento los niños y 25 por ciento las niñas); Bulgaria con 15 por ciento ellas y 17 por ciento ellos; Italia con 10 por ciento los niños y 19 por ciento las niñas y Croacia, donde la proporción fue de 11 por ciento contra 14 por ciento.
Algunas de las razones que podrían explicar estas estadísticas son las propias características del mundo digital y, en particular, de las redes sociales, que permiten el anonimato pues no necesariamente las personas se deben identificar con sus nombres e imágenes auténticas; desinhibición, pues al no tener contacto directo con la persona están más dispuestas a decir cosas que no dirían de otra manera; y la “incorporeidad”, es decir, que no hay contacto físico entre las personas.
En el entendido que la tecnología puede ser una gran herramienta de progreso, pero que al mismo tiempo implica riesgos, este estudio indica que “el uso moderado de las tecnologías digitales tiende a ser beneficioso, pero el uso excesivo puede ser perjudicial”.
Así, indica que uno de cada tres jóvenes de 11, 13 y 15 años (quienes forman parte de la muestra que se tomó para el estudio), son usuarios intensivos de comunicaciones en línea y si bien la llamada “hipótesis de desplazamiento”, que explicaba que la exposición a la tecnología era directamente proporcional al daño, es ahora una visión que se considera “demasiado simplista”.
Más recientemente se ha puesto en boga la “hipótesis de Ricitos de Oro”, según la cual, el bienestar, la salud mental y el uso de tecnologías digitales tienen una cierta asociación. Esta teoría sugiere que “un uso moderado de las tecnologías digitales tiende a ser beneficioso, mientras que un uso excesivo puede ser perjudicial.
C$T-GM