Necesario elevar habilidades digitales.
Frente al temor que genera el eventual remplazo de empleados que propiciría los procesos de automatización, es fundamental tener claro que lejos de ocasionar un daño, la adopción de nuevas tecnologías y el desarrollo de habilidades digitales ofrecen un camino hacia la reducción de la pobreza y la creación de una ola de mayor productividad y crecimiento en países de América Latina y el Caribe.
De acuerdo con el informe Los empleos del mañana: tecnología, productividad y prosperidad en América Latina y el Caribe, la revolución digital trae consigo un impacto significativo tanto para trabajadores como para empleadores, al facilitar la información sobre las oportunidades laborales.
Refirió que estudios realizados en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México encontraron que los trabajadores menos capacitados pueden, y muchas veces lo hacen, beneficiarse de la adopción de tecnologías digitales.
En opinión de Jorge Familiar, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, se debe adoptar y promover la tecnología y la innovación para impulsar el crecimiento económico, la reducción de la pobreza e incrementar las oportunidades para todos, en lugar de generar barreras.
“Será clave mejorar la educación y la capacitación para garantizar que los jóvenes puedan aprovechar plenamente el mundo digital y estar preparados para los trabajos del futuro”.
El informe del organismo internacional destacó que en América Latina y el Caribe tienen tasas de adopción de tecnologías digitales más bajas que en países similares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo cual deja mucho espacio para una mejora en la productividad.
«Las trabas generalmente encarecen el precio de la tecnología que sirve para mejorar la productividad. Por ejemplo, los teléfonos inteligentes y las tabletas en algunos países de la región son los más caros del mundo. Los aranceles e impuestos sobre la tecnología podrían estar frenando el crecimiento del PIB per cápita en más de 1.0 punto porcentual al año en toda la región».
Para Mark A. Dutz, autor principal del documento y economista de la Unidad global de Macroeconomía, Comercio e Inversión del Banco Mundial, la ecuación es que a mayor tecnología mayor productividad.
“Las compañías pueden bajar los costos variables, ampliar la producción, llegar a más mercados, hacer más dinero y mientras tanto generar más y mejores puestos de trabajo”.
En ese sentido, el informe señala que las transacciones internacionales por Internet benefician de gran manera a las pequeñas empresas, que suelen contratar un número relativamente mayor de trabajadores menos capacitados.
Entre los puntos cruciales que define el informe sobre cómo las políticas públicas pueden ayudar a aprovechar el poder productivo de la revolución digital se encuentran:
•Poner esta tecnología a disposición de empresas locales a precios globalmente competitivos. En Colombia, por ejemplo, las empresas de manufacturas que adoptaron el uso de Internet de alta velocidad experimentaron un aumento directo en la demanda de trabajadores, tanto de trabajadores productivos menos capacitados como de profesionales sumamente capacitados.
•Garantizar que las empresas tengan incentivos para invertir en actualización tecnológica y exportaciones, en lugar de buscar protegerse de la competencia. Aquellas políticas e instituciones que instan a las empresas a competir, las impulsan a invertir en mejorar la calidad de sus productos y reducir costos y precios, en lugar de invertir en conseguir privilegios del gobierno.
•Capacitar a los trabajadores a fin de que estén preparados para los empleos del futuro, los cuales requerirán de capacidades nuevas y más sofisticadas. En Brasil, por ejemplo, las industrias intensivas en tecnología dependen cada vez más de empleados que realizan tareas cognitivas y analíticas, donde las habilidades de comunicación y las interpersonales son sumamente demandadas.
C$T-GM