La nueva normalidad que sigue a una emergencia sanitaria en ciernes, deberá acompañarse de un cambio en nuestros hábitos cotidianos para cuidar el bienestar, así como de un cambio de paradigma en las instituciones de salud para priorizar la prevención de enfermedades, además de la atención ágil y oportuna.
“La pandemia nos ha llevado a centrarnos en un pensamiento más preventivo; mientras miramos hacia el futuro, el desafío es ver qué cambio fue inevitable pero acelerado, y tomar el aprendizaje para seguir avanzando”, de acuerdo con Mauricio Pérez especialista en informática y de negocios de Philips México.
La respuesta, subraya, es la transformación digital, toda vez que acelerar la adopción de la tecnología conduce a una mayor eficiencia, necesaria para cumplir con las exigencias que demanda esta nueva normalidad.
En este contexto, menciona tres aspectos a considerar para lograr una recuperación y reinvención exitosa de los servicios de salud para transitar en esta nueva realidad y cuyo primer punto es una mayor priorización de la tecnología.
Antes de la pandemia la utilidad de la tecnología en diversos campos ya era apreciada, sin embargo, con la propagación del Covid-19, se aceleró la necesidad de impulsar la transformación digital a través de la inversión en tecnología para apoyar la conectividad y la productividad.
La pandemia obligó a muchos ejecutivos a buscar soluciones digitales e invertir en tecnología para que las organizaciones continuaran su operación de forma remota y para anticiparse a ser más eficientes en el futuro.
En el ámbito de la salud, la tecnología ha permitido a los sistemas de salud maximizar su capacidad; por ejemplo, los modelos de atención virtualizados han ayudado a reducir la carga de trabajo de los médicos de primera línea al transferir actividades a otros proveedores.
Pérez anticipa que la inminente transformación digital de los servicios de salud permitirá impactar positivamente en la experiencia del paciente, por ejemplo; la gestión del back office y el expediente clínico electrónico basados en las mejores prácticas de la industria, pueden optimizar los procesos y recursos bajo una arquitectura integral.
“Lo anterior mitiga los riesgos de la organización, centrándose en el paciente a través de la gran cantidad de datos que se recaban y que se pueden gestionar de manera eficiente para lograr un mejor diagnóstico apoyados por la tecnología”.
Un segundo aspecto es un mayor enfoque en la salud. Y es que durante la pandemia mucha gente se ha alejado de las instituciones de salud por temor al contagio, por lo que es necesario impulsar la innovación y ponerla al alcance de los sistemas de salud; de manera que los pacientes que requieran acudir a un centro de salud puedan pasar el menor tiempo posible en el hospital recibiendo una atención ágil y eficiente.
Además, ante la postergación de muchos procedimientos clínicos, las instituciones de salud deben estar preparadas para lo que viene; mediante soluciones que ayuden a modernizar sus actuales modelos operativos y la incorporación de tecnología que les permita optimizar sus flujos de trabajo.
Los servicios de telesalud, los portales de pacientes y los dispositivos portátiles para el hogar, por ejemplo, cobran mayor relevancia como herramientas de participación y abriendo el camino a la mejora en la experiencia del paciente y que permitirán contar con capacidades de atención más avanzadas como el análisis predictivo.
Ejemplo de ello es que en Estados Unidos, la telemedicina tuvo un gran impacto durante la pandemia; tan solo en el primer trimestre del 2020, los casos se incrementaron en un 50% con respecto al mismo periodo del 2019.
Finalmente, el experto menciona una mayor flexibilidad y conciencia del cambio continuo, ya que el trabajo remoto permitió a muchos líderes reconsiderar el valor del equilibrio tan necesario entre la oficina y el hogar y replantearse un sistema híbrido de trabajo de cara al futuro.
“La pandemia creó un entorno con nuevos desafíos en todos los ámbitos, y nos hizo reflexionar sobre la importancia de encontrar nuevas formas de mejorar y mantenernos vigentes a través de la flexibilidad y la conciencia del cambio continuo”.
La disminución de los desplazamientos gracias al trabajo remoto, puso de manifiesto la forma en que se puede mejorar la calidad del aire y de vida al tener menos carga de movilización vehicular, lo que indudablemente repercute en un mejor estilo de vida y la salud.
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