Necesario privilegiar enfoque “multi-stakeholder”.
El proyecto de iniciativa que el senador Ricardo Monreal busca promover en el actual periodo de sesiones, tiene elementos claramente inconstitucionales y discriminatorios en materia de libertad de expresión y acceso a la información, atenta contra las bases de la democracia, amenaza el capítulo de Economía Digital del T-MEC e inhibe la innovación tecnológica, opina Jorge Fernando Negrete, presidente de Digital Policy & Law Group.
«La iniciativa dice que las redes sociales llamadas relevantes que cuenten con 1 millón o más suscriptores deben registrarse ante el IFT, esto va en contra del artículo 6 de la Constitución, que dice que no se puede restringir el derecho a la libertad de expresión por vías o medios directos o indirectos como el abuso de controles oficiales, o sea, un registro público como el que dice la iniciativa».
En entrevista con ConsumoTIC, el especialista explicó que la libertad de expresión no es un derecho absoluto pues claramente tiene límites, característica que establece el artículo 6 de la Constitución al señalar que ninguna ley o autoridad puede establecer la previa censura, excepto en los casos de ataque a la moral, derechos de terceros, provoque delitos o perturbe el orden público.
«El hecho de calificar una red social como relevante ya genera marginación de la ley, pero hay algo adicional, se pone la obligación de registrar estas redes sociales relevantes y si no lo hacen no podrán prestar el servicio, esto quiere decir que si no se registra ante el IFT no se puede ejercer la libertad de expresión, ni ejercer el derecho al acceso a la información pública, a la educación, la salud, el acceso a la cultura, etcétera».
En opinión de Jorge Fernando Negrete, la iniciativa legislativa del senador Ricardo Monreal representa un ataque directo a las bases de la democracia mexicana sobre todo porque evita la pluralidad de la opinión pública con un registro que claramente está sancionado por el artículo 7 de la Constitución.
«El capítulo 19 de Economía Digital del T-MEC dice que la base del comercio digital es el flujo transfronterizo de la base de datos. Estas plataformas surgen en Estados Unidos y operan en México, desde ahí no sólo se puede ejercer la libertad de expresión, sino que se hacen campañas publicitarias, se negocia, se intercambian productos y servicios; es decir, las redes sociales y las plataformas son la base de la economía y el comercio digital, esto va en contra del T-MEC».
Además de impactar a la economía digital, las disposiciones propuestas en el proyecto de iniciativa afectarían un elemento clave en la realidad actual y futura: la innovación. «Si alguien quiere hacer una plataforma y reúne un millón de usuarios, no querrá desarrollarla en México sino en otro país porque aquí hay una disposición que inhibe el desarrollo tecnológico».
Si bien el proyecto integra valiosas consideraciones, análisis e investigación sobre jurisprudencia norteamericana en torno a por qué sí se debería intentar regular las redes sociales, no se acerca al concepto «soft regulation», es decir, política pública vinculada a esfuerzos público-privados donde la autoridad se acerca con los regulados y para no ser intrusiva se apuesta por una regulación que atienda preocupaciones de ambas partes.
«En Estados Unidos buena parte de los términos y condiciones para el servicio de estas plataformas se han hablado con la Federal Communications Commission y al final salen acuerdos muy positivos. Aquí es donde digo que al final lo mejor que puede suceder es que se faculte al IFT para que pueda participar en la negociación de estos debates junto con la Procuraduría del Consumidor, la Agencia de Protección de Datos que tiene el INAI y crear condiciones positivas para los usuarios de las redes sociales pero negociadas con las plataformas, no imponiendo ni violando derechos como propone esta iniciativa».
En torno a cómo conciliar el poder de las denominadas «BigTech» con los derechos ciudadanos, la protección de datos, la libertad de expresión y la moderación de contenidos, el presidente de DPL Group dijo que el paso obligado en el actual contexto digital es la regulación; sin embargo, ésta no debe darse a partir del miedo y el desconocimiento.
«Poco y mal han hecho las plataformas digitales en materia de libertad de expresión; estas plataformas han sido llamadas por los gobiernos en materia de monopolio en el Senado norteamericano, en materia de protección de datos ante la autoridad europea, y también se les ha llamado a rendir cuentas en materia fiscal. Claramente estas llamadas big tech tienen un poder inestimable que debe ser regulado, pero esto tampoco puede ser motivo para que como les tenemos miedo, vamos a violar los derechos de los ciudadanos».
Jorge Fernando Negrete dijo que aunque celebra la preocupación por iniciar una discusión y debate sobre las redes sociales, «tenemos que entrarle al tema con corte fino, no con machetazo duro diciendo que como vemos que ellos van a violar los derechos de los usuarios, mejor nosotros nos reservamos el derecho y lo hacemos. Estoy de acuerdo en que en materia fiscal, de competencia, protección de datos y libertad de expresión, debe regularse y el Estado debe participar».
Para el analista, la forma de regular internet con una perspectiva “multi-stakeholder” (Múltiples Partes Interesadas) ha llevado a parámetros y definiciones importantes como la Neutralidad de Red; en el caso específico de las redes sociales, quién mejor que un órgano del Estado mexicano como el IFT para participar en negociaciones, atribuirle capacidades de propuesta, análisis e investigación, «pero no imponerle un registro que suprime los derechos fundamentales de los ciudadanos».
¿Qué se busca regular?
De acuerdo con datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) alrededor de 8 de cada 10 usuarios de Internet fijo y Telefonía móvil (sin importar el tipo de conexión: fija o datos móviles) utilizan al menos una red social, las cuales conocen generalmente por recomendación de familiares, amigos y/o conocidos.
Entre las principales redes sociales que utilizan los usuarios se encuentran Facebook (94.9 por ciento usuarios de Internet fijo y 93.3 por ciento usuarios de Telefonía móvil), WhatsApp/Skype (75.3 por ciento usuarios de Internet fijo y 93 por ciento usuarios de Telefonía móvil) e Instagram (39.9 por ciento usuarios de Internet fijo y 36 por ciento usuarios de Telefonía móvil).
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