Los principales retos en materia de seguridad de datos biométricos que enfrentará el mundo en 2025, serán las crecientes capacidades de la Inteligencia Artificial (IA) Generativa, la producción de deepfakes y el cuidado de la privacidad de los datos, tomando en cuenta que el robo de este tipo de información es un problema global, con delincuentes que se comunican entre sí y resulta casi imposible localizarlos.
Por otra parte, en la mayoría de las aplicaciones que piden contar con el rostro de la persona, a los delincuentes ya no les hace falta que su víctima esté efectivamente conectada, pues pueden bajar su foto de cualquier perfil público como Linkedin, la red X o Facebook y con ello producir una pieza que cumpla con los estándares más o menos generales de seguridad de datos biométricos, advirtió Dominic Forrest, director de tecnología de iProov, empresa especializada en la seguridad de datos biométricos.
Reconoció que el reto para garantizar que a las personas no les roben la identidad a partir de datos biométricos ha crecido en tamaño y complejidad, conforme la delincuencia crece en sofisticación y uso de tecnología. Por la misma razón, el desarrollo exponencial que se espera de la Inteligencia Artificial Generativa en 2025, implica riesgos para los datos biométricos.
Lo mismo pasa con la privacidad de dichos datos, que puede verse comprometida, por ejemplo, con el uso de los pasaportes, pues esta tecnología se comparte en prácticamente todo el mundo y esa puede ser una de las fórmulas de entrada que encuentre la delincuencia. “Por cierto, tomen en cuenta que no es buena idea perder un pasaporte en un aeropuerto, pues el proceso para recuperarlo puede ser muy complicado”, advirtió.
En una “charla de café” virtual desde Londres, el directivo explicó que también hay un riesgo importante “aunque nadie sabe cuán grave puede llegar a ser” en lo que toca a la computación cuántica, pues por ahora es imposible prever sus alcances, si bien habrá que monitorear el desarrollo de la tecnología a lo largo de los próximos años.
En todo caso, la buena noticia es que sí existen mecanismos de protección de los datos biométricos y por ello iProov está trabajando con numerosas empresas en todo el mundo, especialmente en los sectores de salud y finanzas, que son los que más comúnmente implementan esta clase de candados para acceder a los servicios.
Asimismo, también se trabaja con algunos gobiernos, por ejemplo el de Singapur, para lograr el blindaje de los datos biométricos de los ciudadanos que, en ese país, son obligatorios para acceder a servicios financieros.
Parte del trabajo para garantizar que los datos biométricos no se roben o simulen para acciones fraudulentas, consiste en estar muy pendientes de los movimientos de la delincuencia, inclusive infiltrando organizaciones delictivas, para conocer su forma de operar y prever cualquier ataque.
Asimismo, las personas en lo individual deben ser más cuidadosas que antes al momento de compartir su información y leer los términos y condiciones de las aplicaciones a las cuales entran, así como los compromisos que los proveedores de los servicios asumen en cuanto al manejo de sus datos, especialmente los biométricos.
Además, es importante tener en cuenta que éste no es un problema nacional: “no es un tema de Brasil, de México o de Latinoamérica; tampoco lo es de Norteamérica, África o Europa: es un tema global, donde probablemente hay delincuentes actuando en Asia que afectan a gente en Chile o en Malasia robando información en Países Bajos”, de manera que la protección debe también actuar en forma global.
La buena noticia es que la industria de la protección de datos también ha evolucionado y se alimenta de la experiencia de miles de clientes en todo el mundo para hacerse más eficiente y contar con herramientas para actuar rápido y protegerse de las amenazas que abundan, pues se ha detectado “que los malos actúan en grandes comunidades en diversos idiomas como español, portugués, inglés y hasta mandarín, por solo mencionar algunos”.
Con todo, la identificación con datos biométricos seguirá creciendo en el mundo y es probable que en algún momento nos lleve a “dejar atrás la billetera”, pues las credenciales y las tarjetas de crédito de plástico que hoy llevamos en la cartera, desaparezcan para concentrar todo en el teléfono celular.
C$T-GM