Se elevarán problemas de lenguaje y en matemáticas.
Seguir a ciegas sin saber qué tanto ha afectado la pandemia el aprendizaje de los 30 millones de estudiantes mexicanos, así como la inversión que exigirá revertir lo desaprendido, son dos aspectos que urge diagnosticar sobre el estado actual de la educación en México, sin olvidar que el impacto del confinamiento ha sido desigual, afectando en mayor medida a los desconectados.
La pandemia ya dejó fuera a 5.2 millones de personas que no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021, por razones relacionadas con el Covid-19 y por falta de dinero o recursos. En el ciclo escolar anterior, 2019-2020, de acuerdo con el INEGI, se tenían inscritos a 33.6 millones de estudiantes entre tres y 29 años, pero de ese total 740 mil no concluyeron el ciclo.
“El Banco Mundial (BM) estima que en México 44 por ciento de los alumnos antes de la pandemia estaban debajo del nivel mínimo de dominio en lenguaje y matemáticas. Después de un cierre de escuelas de 13 meses, se estima que el porcentaje anterior subirá hasta 70 por ciento”, alertó Pablo Clark, investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Al dar un panorama de las consecuencias que tendría un año de aplicar el modelo de educación a distancia, refirió que los efectos a largo plazo serán impresionantes, tanto en las personas como los países, porque un menor nivel de habilidades y competencias básicas, se traduce en menor nivel de ingresos para los trabajadores y una baja de productividad en la economía global.
“Esa disminución de ingreso de los estudiantes afectados, que estima el BM puede llegar a ser de 8.0 por ciento, de todo lo que van a ganar durante su vida si hubieran salido mejor preparados; y por parte de los países, pueden esperar que haya una reducción del crecimiento del PIB por el mismo factor, por tener un capital humano con rezago”.
Luego de que se conociera del retraso en la aplicación de las pruebas de ensayo de PISA 2022 en México (que se aplica cada tres años a alumnos de 15 años, para saber sus conocimientos y habilidades esenciales), el investigador subrayó que el reto es saber qué tanto menos se aprendió con las clases a distancia y qué estudiantes aprendieron menos, esto para no seguir a ciegas y lograr el mayor avance que requiere el sistema educativo.
“(PISA) Es una de las fuentes de información más detalladas y más rigurosas que existen en el mundo sobre qué saben los estudiantes, cuáles son sus motivaciones y expectativas en la escuela y también cuáles son sus hábitos”.
El problema en México, expuso en entrevista con ConsumoTIC, es que la crisis de aprendizaje que ya existía se complicó al conjugarse con una crisis económica y sanitaria, lo que también ha sucedido con otros países de ingresos bajos y medios de América Latina, por lo que sí es de esperarse un impacto muy fuerte.
Adicionalmente habló de la importancia de la brecha digital para entender qué alumnos pueden haber sido más afectados por la interrupción de clases presenciales, y cómo la desigualdad económica y social tiene que ver con el acceso a dispositivos o conectividad o que los padres y madres tengan tiempo y conocimientos para apoyar a sus hijos.
También es conveniente ver la brecha en términos de los niveles escolares, porque hay alumnos que necesitan más de la educación presencial que otros en función de su edad y sus capacidades.
En este sentido, un regreso a clases híbrido podría ayudar, pero hay que identificar a los alumnos más perjudicados por la brecha digital, para definir estrategias que los pongan en un piso parejo con sus compañeros.
Y aunque en su opinión el modelo híbrido puede ser una muy buena oportunidad para que algunos alumnos regresen a clases presenciales, estableciendo algunos días de la semana o aplicando protocolos de higiene y sanitización, no es una solución a los desafíos a largo plazo.
“Eso hay que resolverlo, pero también hay que empezar a pensar a largo plazo en una estrategia para recuperar los impactos de la pandemia en los aprendizajes y en la participación escolar de los alumnos”.
Se sabe que a partir de la encuesta del INEGI y de experiencias previas, el aprendizaje a distancia no afectó a todos los alumnos por igual, porque hay quienes tuvieron la capacidad de seguir aprendiendo por cuenta propia, otros con acceso a dispositivos o contacto con maestros, y algunos otros con apoyo académico de sus padres o tutores.
Pero hay muchos alumnos en México que no estuvieron en la misma situación, por lo que es de suma importancia partir de un diagnóstico de cada alumno para saber cómo está y, entonces, focalizar la estrategia de clases híbridas y tratar de beneficiar a los que más lo necesiten.
“Uno de los puntos finos que creo que hay que ajustar acerca de la educación híbrida es qué alumnos van a ir a la escuela primero, quienes van a ir después, cuánto tiempo van a ir unos y cuánto tiempo van a ir otros. Eso es muy importante”.
C$T-GM