Igualdad de género, asignatura pendiente.
Contar con un mayor número de niñas y mujeres con carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) permitirá a México superar con éxito los retos de la acelerada transformación tecnológica, aunque se deben redoblar esfuerzos para cerrar las brechas y aumentar la participación de la población femenina en ciencia y tecnología.
En México hay 64.4 millones de mujeres que representan el 51.5 por ciento del total de población; sin embargo, de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la matrícula en carreras como Matemáticas e Ingenierías apenas alcanza 19 por ciento de mujeres.
Esta situación no es exclusiva de México, ya que a nivel mundial menos del 30 por ciento de los profesionales en ciencias son mujeres, por lo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llevó a una asamblea general este tema, a fin de alcanzar un acceso a la participación plena y equitativa en la ciencia, avanzar en igualdad de género y en su empoderamiento.
Así, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra cada año el 11 de febrero, pone en el foco el rol crítico que juegan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología, pues las cifras siguen constatando los obstáculos a los que se enfrentan.
La probabilidad de que las mujeres finalicen una licenciatura, maestría y un doctorado en alguna materia relacionadas con las STEM es del 18, 8.0 y 2.0 por ciento, respectivamente, mientras que la probabilidad para los hombres es de 37, 18 y 6.0 por ciento.
Es en este contexto en el que Movimiento STEAM lanzó en diciembre de 2020 la Estrategia de Educación STEAM para México de la mano de jugadores clave del país, cuyo objetivo es incidir en política pública y convertirse en un referente para la región; un plan que contendrá las prioridades, mejores prácticas, recomendaciones de política pública y un hoja de ruta para las diferentes líneas estratégicas.
Establecer un día internacional anual permite visibilizar la importancia del papel que han tenido y tienen las mujeres para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con la construcción de un planeta mejor a nivel general.
De acuerdo con la UNESCO, la baja participación de mujeres en carreras con perspectivas favorables, específicamente en profesiones STEM, es una expresión de una nueva desigualdad en la división sexual de trabajo.
Incluso, se considera que las niñas suelen tener menores niveles de autoestima respecto a sus habilidades con las tecnologías digitales, lo que afecta su confianza para optar por profesiones relacionadas con nuevas tecnologías, lo que sería uno de los factores que inciden en la menor participación en las carreras universitarias correspondientes.
El panorama, de acuerdo con Jürgen Weller y Sonia Gontero, jefe y oficial de Asuntos Económicos de la Unidad de Estudios del Empleo de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL, es que los avances en internet móvil de alta velocidad, la Inteligencia Artificial (IA) y el Machine Learning, así como el Big Data y la tecnología de la nube tienden a tener el mayor impacto en las estructuras productivas y laborales.
La evidencia en los países desarrollados muestra que si bien los procesos de automatización en el marco de la industria 4.0 se han concentrado inicialmente en la industria manufacturera y han afectado sobre todo a hombres, algunas de las transformaciones previsibles en el sector servicios afectarían, en gran manera, a mujeres, revelan en su estudio “Cambio tecnológico y empleo: una perspectiva latinoamericana. Riesgos de la sustitución tecnológica del trabajo humano y desafíos de la generación de nuevos puestos de trabajo”.
C$T-GM