Hasta en la informalidad la mujer es más afectada.
La participación de las mujeres en el mercado laboral registra avances en los últimos 15 años, pero aún prevalecen diferencias en las condiciones generales, como la igualdad de oportunidades y trato en el empleo, reveló el estudio “Trabajo decente en México 2005-2020: Análisis con perspectiva de género”.
La proporción de mujeres que trabaja se ha incrementado en 5.0 puntos porcentuales, y aunque en promedio 40.7 por ciento se encuentra en el mercado laboral, este porcentaje resulta menor con relación al nivel de 75 por ciento de los hombres.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el “trabajo decente” puede definirse como la suma
de aspiraciones que tienen las personas en materia de empleo productivo, ingresos suficientes, actividades laborales que satisfagan y permita un balance de vida, igualdad de oportunidades y desarrollo.
Al presentar los resultados de la investigación en una videoconferencia, Benjamín Alemán, profesor del área de Entorno Económico del IPADE Business School, destacó que el indicador que dio resultados positivos para las mujeres fue el de “Participación femenina en la alta y media dirección”.
En este ámbito las mujeres incrementaron casi 10 puntos porcentuales en ese indicador, al pasar de 27.98 registrado en 2005 y pasar al 37.62 este año, lo que significó una tasa de crecimiento promedio anual de 2.0 por ciento.
Empero, advirtió que habría que tener cuidado en la interpretación de ese dato, pues podría deberse a la salida desproporcionada de los hombres de esas posiciones al principio del confinamiento, como efecto de la pandemia, fenómeno que ha distorsionado la mayoría de los indicadores de “trabajo decente”.
Y es que aunque “existen mejoras en la mayoría de los indicadores de trabajo decente, tanto en el mercado laboral global como para las mujeres, estas registran con mayor frecuencia los salarios más bajos y la informalidad afecta más al sexo femenino”.
Tal es este escenario que al cierre del primer trimestre de 2020, el 37.5 por ciento de las personas en el mercado laboral doméstico se encontraban en situación de salarios bajos. Sin embargo, mientras el porcentaje de las mujeres fue de 39.4 por ciento en promedio, el de los hombres fue de 36.4 por ciento promedio.
“La pobreza laboral se ha incrementado en la mayoría, en los últimos años. En 2018 hubo cambio de tendencia, ante el incremento de salarios mínimos, pero esto no ha sido suficiente para terminar de revertir esta tendencia negativa y la pandemia ha complicado aún más la situación”, expuso.
En cuanto a la informalidad, en México dos de cada tres personas trabajan bajo esta modalidad, pero este año la proporción ha disminuido en 3.4 puntos porcentuales desde el 2010, aunque la incidencia es mayor para las mujeres, con un 58.5 por ciento, una cifra mayor respecto al 57.7 por ciento para los hombres.
Pero además, la pandemia ha afectado en especial a las personas ocupadas en el sector informal y a los trabajadores más jóvenes. De manera global se registra una reducción promedio anual de 1.4 por ciento en el número de personas en este indicador, y las mujeres predominan como las más afectadas.
En el indicador de tiempo libre, las mujeres registran 105 horas libres promedio por semana, mientras que los hombres gozan de 117 horas; es decir, las mujeres cuentan con 12 horas libres menos que los hombres, situación que se agrava bajo las condiciones del confinamiento sanitario.
Ello se puede inferir que de manera adicional al trabajo profesional que desempeñan las mujeres, éstas deben dedicar más tiempo a labores domésticas o del cuidado de otras personas en sus hogares, trabajo que en casi la totalidad de los casos se realiza, sin remuneración.
En este contexto, Yvette Mucharraz y Cano, directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) del IPADE Business School, consideró que los avances para las mujeres en algunos indicadores podrían ser “solo un reflejo de la disminución de la participación laboral de las mujeres o de los hombres y no una mejora genuina de las condiciones laborales femeninas”.
Incluso, consideró que en un nuevo escenario en el que el trabajo remoto podría ser una oportunidad sería conveniente legislar en la materia, porque hay muchos huecos en la ley respecto a las jornadas, las incapacidades, y “hay todavía muchas que analizar, como los temas de descanso y el esparcimiento”.
También reconoció la importancia de preparar a las mujeres para los empleos del futuro a través del impulso de las carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés).
Cristina Ruiz de Velasco, vicepresidenta y directora General de Atención a Clientes Preferentes en AT&T México, recalcó la corresponsabilidad de las empresas para que ofrezcan opciones de trabajo flexibles para las mujeres, para que desarrollen su liderazgo y habilidades, ya que la diversidad en los equipos contribuye a obtener mejores rendimientos.
“Para las mujeres lograr un balance entre el trabajo y la vida familiar sigue siendo un reto, y es por ello que las empresas deben ofrecer opciones de trabajo más flexibles para atraer, retener y recompensar al talento femenino”, lo que debe sumarse también a los esfuerzos para integrarlas a la vida digital.
El informe presentado por el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) de IPADE Business School, con el apoyo de AT&T México, está basado en datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) y la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) del INEGI.
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