Mexicanas enfrentan el nivel más bajo de balance vida-trabajo.
Si bien cada vez hay más mujeres en puestos de liderazgo y en ámbitos anteriormente dominados por hombres, todavía hay grandes resistencias y numerosos obstáculos que el talento femenino tiene que sortear para alcanzar objetivos tan básicos como equilibrar la vida personal con las responsabilidades laborales.
«Cada vez vemos a más mujeres en puestos de liderazgo y en ámbitos anteriormente dominados por hombres. Todavía hay grandes resistencias, pero avanzamos y somos muchas personas las que creemos que un mundo más justo y más próspero requiere construir condiciones para la igualdad de género», dijo Mónica Aspe, CEO Interina de AT&T en México.
Al participar en el Women Economic Forum Iberoamérica 2020 refirió que de acuerdo con el Índice para una vida mejor, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México tiene uno de los niveles más bajos en el “Balance vida-trabajo”. Calificado con 1.1, en un rango de 0 a 10, el país se encuentra en la posición 39 de 40, arriba sólo de Colombia.
La mujer en México, además de tener a cargo la crianza y la educación de los hijos en el hogar, debe luchar con mucho afán para alcanzar el éxito en un camino que no está libre de numerosos obstáculos, pero que hoy se perfila como decisivo, explicó la ejecutiva.
«El balance es difícil, pero no imposible. Prueba de ello es la armonía familiar como ventaja laboral, algo que hemos podido comprobar en esta pandemia».
El éxito, dijo, es una trenza de talento, suerte y decisiones que requiere ser complementado con perseverancia, integridad, inspiración y habilidad para hacer redes», pero que entre las mujeres mexicanas precisa mucho apoyo para alcanzar el balance vida-trabajo.
Para Mónica Aspe Bernal, existen algunas acciones clave para impulsar el talento femenino:
Fomentar la inversión en diversidad e inclusión. La igualdad de género es un asunto de justicia y también de economía. Nos conviene como país, como industria y como empresas.
Impulsar programas de inclusión y desarrollo profesional de mujeres a todos los niveles, con el objetivo de generar las capacidades necesarias para que más mujeres puedan llegar a ocupar posiciones de liderazgo.
Generar consciencia a temprana edad. Debemos romper los estereotipos que llevan a las niñas a auto-excluirse de las profesiones científicas y técnicas. Hay que enseñar a las niñas que los números, los negocios y el liderazgo también son cosas de mujeres.
Creación de políticas para identificar y sancionar eficientemente el acoso y la discriminación. Brindar condiciones de trabajo seguras e incluyentes es fundamental.
C$T-GM