En medio de la polémica por la desaparición de fideicomisos relacionados con actividades de investigación, científicas mexicanas consideraron como un reto para el país respaldar la participación femenina, permanencia y ascenso de las investigadoras, lo que requiere además financiamiento y un cambio cultural a través de la educación.
En el 2021 el porcentaje de mujeres consideradas en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) fue de 38.2 por ciento, nivel mayor al observado en 2004, cuando este género representaba 30 por ciento, expuso Susana Lizano Soberón, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias.
Aunque ya se puede decir que casi 40 por ciento de los integrantes del SNI son mujeres, este nivel disminuye hacia los altos mandos, pues en un Nivel III ya solo es 24.4 por ciento y en el Emérito, baja al 20.8 por ciento. Es decir, entre más alto es el nivel de responsabilidad y reconocimiento académico, el número de mujeres es cada vez menor.
“No se trata de cuántas mujeres están llegando a licenciaturas y posgrados, para llegar a la ciencia se requiere una preparación todavía más prolongada.. Hay un problema en la cultura mexicana, donde todavía la crianza de la familia recae en las mujeres y esto las desalienta”.
Al participar en la mesa “Retos para la mayor participación de las mujeres y las niñas en la ciencia”, la astrofísica exhortó a impulsar un modelo con mentores, realizar estancias en otros centros y laboratorios, así como crear plazas para jóvenes doctorados, flexibilidad de horarios y guarderías.
La investigadora lamentó que las nuevas políticas del SNI impulsen la “fuga de cerebros”, en el caso de jóvenes mexicanos que fueron preparados en el extranjero, que con gran especialización no se permite el regreso pasados uno o dos años.
“Son los jóvenes que hay que recuperar y pues ahora les cuesta mucho más ingresar, con un cambio de políticas que no les permiten regresar pasados uno o dos años en México, creo que eso es una señal de que México no quiere que estos muchachos regresen”.
En el evento enmarcado en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la astrónoma Julieta Fierro, de Instituto de Astronomía de la UNAM, cuestionó el Anteproyecto de Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
“Tiene el problema de que centraliza las decisiones, esto es grave; no favorece que haya grupos colegiados, con investigadores que tengan voz y voto; limita la autonomía y libertad de investigación; no favorece la vinculación de la ciencia-industria y no representa medidas concretas para la inclusión”.
La ciencia, subrayó, requiere financiamiento, libertad de investigación e instituciones autónomas, así como de transferir la tecnología a la industria y una mayor inclusión de las mujeres, porque así se podrán resolver de manera más adecuada algunos problemas que aquejan a la nación.
C$T-EVP