El uso de algoritmos de Inteligencia Artificial (IA) para la contratación de talento, evaluación de habilidades y de niveles productividad, reestructuración de equipos o considerar ascensos, tendrá un efecto negativo en el desarrollo de las mujeres, al afectar sus oportunidades, posición, estatus y tratamiento en el ámbito laboral, al reproducir sesgos y brechas aún vigentes.
Si bien existen diversos contextos nacionales y regionales, los gobiernos, las instituciones y las empresas deberán achicar las brechas de género y no perpetuarlas o exacerbarlas, pues de acuerdo con un informe publicado por el BID, la OCDE y la Unesco este tipo de impactos aún son evitables.
“Aunque los sistemas de IA emergentes podrían presentar aún más desafíos para el trabajo de las mujeres, esos impactos aún son evitables. Este informe apunta a animar a las organizaciones, al público, los responsables de políticas y los académicos a tomar las oportunidades y ser proactivos en enfrentar los potenciales desafíos”.
El informe “Los efectos de la IA en la vida laboral de las mujeres”, que incluye casos en los que se ven tanto beneficios como daños de esta tecnología, destaca las oportunidades y desafíos en cinco áreas clave: acceso, conectividad y habilidades digitales; mujeres en IA; reskilling y upskilling; estereotipos de género; y transparencia.
“Los avances tecnológicos producen aumentos de productividad, pero para que estos se realicen en su plenitud deberán desarrollarse todos los talentos de las personas. El diseño de tecnologías, las brechas de género en los datos y la velocidad, ámbito y escala que permite la IA pueden empeorar la situación de las trabajadoras si no se presta atención activa a esta cuestión”.
En el mercado laboral, muchas mujeres veces ganan menos, ostentan menos posiciones sénior y tienden a tener trabajos más precarios, y participan menos en los campos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), además de que dedican más tiempo a tareas no remunerados como el cuidado de niños y ancianos y labores domésticas.
“Estar preparados para el futuro significa que los gobiernos, las organizaciones y todos los empleados –y no solo las mujeres– deben comprender los desafíos y las oportunidades que presentan los nuevos tipos de tecnologías de IA y cómo pueden conducir a un trabajo justo y equitativo”.
Entre los desafíos está el acceso, conectividad y habilidades digitales, pues niñas y mujeres pueden tener dificultades para acceder a instalaciones públicas de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) o acceso a internet. Esta brecha disminuye la capacidad de buscar y postular a empleos, conseguir trabajo o prosperar en el empleo actual.
Un 48.3 por ciento de las mujeres en el mundo usan internet, contra 55.2 por ciento de los hombres. Sin embargo, la brecha de género respecto de la propiedad de teléfonos inteligentes hace que haya alrededor de 327 millones de mujeres menos que varones con un teléfono inteligente y acceso a internet móvil, de acuerdo con datos de GSMA.
La inclusión de las mujeres en la investigación y el desarrollo científicos (I+D) y en la IA, es otro reto. En 2019, representaban apenas 18 por ciento de los líderes de nivel corporativo entre los emprendimientos de IA en todo el mundo.
“Si los sistemas no son desarrollados por equipos diversos, es menos probable que se encarguen de las necesidades de usuarios diversos o que se alineen a los derechos humanos”.
Ante el cambio de los requisitos de habilidades dentro del ámbito laboral, destaca el documento, será importante evaluar el reskilling y upskilling de las mujeres para hacer frente a la mayor demanda de habilidades de IA y de alfabetización digital, y de mujeres en profesiones en STEM.
El documento subraya que los sistemas de IA deberían tener en cuenta la existencia de estereotipos de género e intentar cambiarlos, por ejemplo, para que no se asocie a las mujeres con ocupaciones relativas al cuidado o la asistencia de manera sesgada.
“También podría cambiarse la narrativa que rodea a los estereotipos de género; por ejemplo, proponiendo que el trabajo flexible basado en la IA pueda ser una herramienta que permita a los varones tomar más tareas domésticas y actividades parentales”.
La transparencia algorítmica representa otro importante desafío para entender los sesgos y la discriminación insertada en ellos. Por ejemplo, las empresas no explican cómo funcionan los sistemas en anuncios de empleo, y una difusión responsable tendría que permitir a aquellas afectadas por la IA entender y desafiar los resultados.
Al respecto, considera importante que las compañías tecnológicas y de software sean transparentes sobre sus sistemas de IA para entender cómo funcionan y por qué producen determinados resultados.
“Todavía hay mucho que no se sabe en torno a cómo impactarán las tecnologías de IA sobre las mujeres en el trabajo. Diseñar y desplegar nuevas tecnologías bajo la guía de un abordaje basado en principios y buenas prácticas ayudará a asegurar que los estereotipos de género de hoy no queden internalizados en los sistemas tecnológicos de mañana y que ayuden a cerrar las brechas de género”.
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