Lucía Villarreal de la Mora, Diana Santamaría Arcos y Nelly López Sosa, tienen varias cosas en común: rondan los 26 años de edad, se ganaron el respeto profesional en un ámbito mayoritariamente masculino, son ingenierías con muchos cursos y certificaciones pese a su corta edad y ahora, comparten también galardón de segundo lugar nacional y tercero a nivel global del certamen SheSecures 2025, convocado por la OEA.
En un trabajo de equipo que llevó 24 horas continuas, lograron completar exitosamente los ocho retos de la edición número 15 del certamen, convocado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Comité Interamericano Contra el Terrorismo (CICTE), como parte de un Programa de Ciberseguridad que busca “contribuir a cerrar la brecha de género en ciberseguridad”.
En una videocharla con ConsumoTIC, los tres integrantes del equipo de la empresa especializada en ciberseguridad IQSEC, coincidieron en que los retos planteados en materia de inteligencia artificial, ingeniería inversa, respuesta a incidentes, criptografía, hacking web, y análisis forense, entre otros, fueron muy retadores, porque se trató de ocho etapas, donde no se podía pasar a la siguiente sin resolver la previa, con tan sólo 24 horas para completar todas las tareas.
Las tres integraron el equipo “MichiCocoa” (tiene el logotipo de un simpático gato bebiendo una taza de chocolate) con el que llegaron a la competencia para demostrar no sólo sus habilidades técnicas de clase mundial, sino las “blandas”, es decir, trabajo en equipo, resolución de problemas y eficacia bajo presión, entre otras.
“Fue muy retador en las 24 horas aplicar el paso A, B y C que te saca de tu zona de confort donde nos acostumbramos quizás a que las cosas se pongan fáciles. Pero aquí, en cada reto había temas ocultos, y teníamos que volver a analizar y por eso fue importante integrarnos como equipo para recibir el consejo de las compañeras y también de amigas”, señaló Lucía Villarreal.
“En las últimas dos horas, ya era mucho el agotamiento; terminamos en la mañana y estuvimos las tres en todo hasta el final. Recuerdo que había un problema que se nos dificultó más, porque el planteamiento del problema era muy corto. Fue ahí cuando usamos las pistas que sabíamos que nos iba a costar puntos, pero al final lo hicimos y todo salió bien”, recordó Nelly López.
Diana Santamaría, por su parte, recordó que en esas 24 horas, “cada una estábamos en nuestra casa y mantuvimos una sesión abierta todo ese tiempo para estar comunicadas, porque cuando a una se le atoraba algo, otra siempre encontró una solución y así fue como concluimos esta competencia que era muy exigente”.
Al respecto, César Sanabria Pineda, director de Consultoría y responsable del programa Semillero de Talentos de IQSEC, explicó que la empresa abre un certamen semestral justamente para buscar talento, hecho se queda con 20 personas de casi 400 que concursan por un lugar, explicó que “ellas son algunas de las jóvenes que llegaron a la compañía por esa vía y se quedaron por su talento”.
Además del equipo “MichiCocoa”, participaron otras empleadas de IQSEC en el certamen, quienes también obtuvieron buenos resultados, lo que muestra que el trabajo que hace la empresa para buscar la paridad de género en el ámbito de la ciberseguridad, está dando frutos.
De hecho, Diana Santamaría y Lucía Villarreal formaron parte de la primera edición de Semilleros de Talento y eran las únicas dos mujeres entre 20 que obtuvieron un lugar por sus habilidades y capacidad.
“A ellas las veo como profesionales de altísimo nivel y las queremos retener, aunque no podemos ignorar que si en un momento quieren buscar otras oportunidades lo que pueden hacer en cualquier lugar del mundo, porque son mujeres de clase mundial en ciberseguridad”.
Recordó que el déficit de talento en esta materia es grande en México y el mundo y por cada profesional que hay trabajando, existen cuatro oportunidades laborales “con muy buena paga” y por eso es tan importante ofrecerle a quienes se especializan en ciberseguridad perspectivas de crecimiento y un ambiente de trabajo donde se puedan desarrollar.
Los tres integrantes de “MichiCocoa” entraron a IQSEC a través del Semillero Talentos (Nelly lo hizo en la segunda generación) y ahora están convencidas de que su camino está en el liderazgo y la mentoría, especialmente para jovencitas que buscan hacerse de un lugar en las carreras STEM que incluso dudan de emprenderlo.
Nelly López aseguró que ella quiere consolidarse como “una profesional en la que los demás puedan confiar; un líder que pueda ser el apoyo de los demás mientras sigo estudiando y formándome para obtener nuevas certificaciones y seguir creciendo las redes de mujeres en ciberseguridad que empezamos a tejer en este certamen a nivel internacional”.
Sobre la vocación de mentoría para otras chicas, recordó que “mis vecinitas están chiquitas y están viendo qué estudiar, ya una en particular le hacen comentarios que la desmotivan para estudiar una ingeniería y yo quisiera seguir impactando en ella y en otras mujeres para que se decidan a emprender este camino”.
Diana Santamaría señaló que “algo importante es que te traten como igual; yo recuerdo que cuando empecé la universidad éramos 15 hombres y 15 mujeres y al final, sólo terminamos dos o tres chicas y yo me preguntaba por qué es tan complicado por razones de género terminar una carrera de este tipo ya veces pienso que tiene que ver la parte personal, si no te ves concluyendo, es difícil; a veces la sociedad no te ayuda, pero si no complicado tienes tú la visión, es más”.
Santamaría tiene la ilusión de mostrarle a niñas y adolescentes que sí es posible abrirse un lugar y ser respetada como igual por los hombres que se desempeñan en la ciberseguridad.
Finalmente, Lucía Villaseñor señaló que su objetivo está claro: llegar a ser un líder que inspire y esforzase por hacer su trabajo cada vez mejor.
“Hoy soy mentora de dos chicas y la experiencia que tengo en consultoría y equipo rojo y azul, que me hace ser quien soy hoy; deseo ayudar a inspirar a más chicas y conectar a más mujeres con más empleos y llegar a puestos a donde antes no se veía posible que hubiera mujeres”.
C$T-EVP






































