La desigual presencia de la mujer en el ecosistema digital empresarial presenta desafíos que deberán ser abordados con urgencia, entre ellos el reconocimiento, pues aunque la brecha de género es vista como un problema relevante en América Latina y el Caribe, cuatro de cada 10 personas entrevistadas por el BID afirma que este problema no existe.
“La mayoría de los y las representantes de las diferentes entidades e instituciones vinculadas al ámbito digital (62 por ciento) considera que la brecha digital de género es un problema en sus respectivos países… El hecho preocupante es que cerca del 40 por ciento de las y los encuestados no considera que exista dicha brecha digital de género, lo que puede suponer una barrera importante a la hora de plantear posibles soluciones”.
El documento “La dimensión de género en la transformación digital empresarial de América Latina y el Caribe” precisa que si se analizan las respuestas por género existen ligeras diferencias, pues el 64.2 por ciento de las mujeres piensa que la brecha digital de género es un problema, pero en el caso de los hombres el porcentaje se reduce a 58.2 por ciento.
“Aún persisten ámbitos, especialmente en la Administración Pública, en los que este problema parece poco relevante. Por tanto, es necesario reforzar las acciones de concientización sobre la existencia de la brecha digital de género para que, desde un mayor reconocimiento de su existencia, se pongan en marcha las medidas adecuadas para eliminarla”.
En función del tipo de organización, refiere el estudio, la concientización sobre la existencia de la brecha de género es muy elevada entre las entidades sin ánimo de lucro y en las instituciones financieras y de inversiones. En tanto, en un segundo nivel aparecen los gremios profesionales, las fundaciones privadas y las asociaciones de emprendimiento femenino.
“Resulta llamativo que donde existe menor concientización sobre este problema es en las empresas privadas y en las instituciones públicas, que son precisamente las entidades que más pueden contribuir a paliar la brecha digital de género”.
El análisis de los tres tipos de brechas, de acceso, de uso y competencias, y de especialización, revela que éstas mantienen una significativa presencia en América Latina y el Caribe y se encuentran estrechamente relacionadas.
El documento destaca que la evolución de la brecha de género relativa al acceso en los países latinoamericanos tiende de manera general a reducirse. No obstante, en conectividad móvil, la amplitud de la brecha es mayor pues 70 por ciento de los países cuenta con porcentajes de usuarios masculinos superiores al de mujeres.
“A nivel regional, los datos confirman también la existencia de una importante brecha en el uso y la capacitación digital. Menos del 40 por ciento de la población de América Latina y el Caribe cuenta con conocimientos básicos de informática, como copiar o mover un archivo o enviar un e-mail con un archivo adjunto”.
Sin embargo, en la brecha de uso y capacitación la información desagregada por género para América Latina y el Caribe es muy escasa, lo cual impide un análisis del problema en mayor profundidad, por lo que es necesario profundizar en estas mediciones.
De la brecha de especialización, el BID refiere que en las disciplinas ligadas al ámbito digital la presencia de la mujer es aún inferior, agudizada por la sobrerrepresentación de las mujeres en el empleo informal.
Esta se manifiesta tanto en la menor participación femenina en estudios ligados a las tecnologías digitales, con un promedio del 2.0 por ciento de graduadas frente al 7.9 por ciento de graduados, como en una presencia más reducida en el mercado laboral vinculado a la transformación digital empresarial. El porcentaje de mujeres trabajadoras en el sector de la información y las comunicaciones alcanza 32 por ciento en la región.
“La plena participación de la mujer en el proceso de transformación digital empresarial requiere del cierre de las brechas analizadas. Este proceso no será fácil, pues muchas de las barreras, como las vinculadas a los estereotipos, están profundamente arraigadas en la sociedad latinoamericana”, subraya.
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