El reciente lanzamiento y sus primeros usos de la app ChatGPT evidencian sus fallas y limitaciones, sin embargo, esta nueva herramienta tiene cierto valor para apoyar nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje, o como apoyo en trabajos de rastreo, búsqueda, de relación de conceptos o temáticas, que pueden resultar de gran apoyo o complemento.
“Es normal que a corto plazo pensemos en estrategias defensivas, como prohibirlo o intentar buscar soluciones antiplagio. Sin embargo, me temo que esto solamente tiene sentido de forma temporal. El cambio de metodología es obligatorio y la educación deberá convivir con la IA del mismo modo que convive con Google o con la Wikipedia”, señala Guillem Garcia Brustenga, experto del eLearning Innovation Center (eLinC) de la UOC.
A decir del catedrático de la Universitat Oberta Catalunya (UOC), “el reto es ilusionante para instituciones abiertas al cambio o alarmante si no lo están”; el uso de este tipo de herramientas representará una transformación metodológica, así como la posibilidad de “personalizar la experiencia de aprendizaje para cada estudiante y mejorar la eficiencia y efectividad de la educación”.
La aplicación lanzada apenas a finales del 2022, no es infalible y suele cometer errores en razonamientos de tipo lógico o matemático, sin embargo, su penetración ha sido importante, en sus primeros cinco días en el mercado logró superar el millón de usuarios, según informó Greg Brockman, presidente y cofundador de OpenAI, empresa desarrolladora de la app entrenada para conversar con humanos.
Se trata de un “modelo de lenguaje”, una red neuronal entrenada con grandes volúmenes de texto que puede detectar patrones, y con un enfoque muy flexible resolver distintas tareas: escribir un currículum, resumir un texto, explicar un error en un programa.
“Solo hay que darle a ChatGPT una descripción de la tarea que debe realizar y dejar que complete el texto”, para usarla el interesado solo debe registrarse en la página web de OpenAI sin costo, explicó Robert Clarisó, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC y director del máster universitario de Ingeniería Informática.
Aunque ChatGPT puede resultar de gran apoyo en las aulas, es necesario considerar que puede predecir cómo completar frases, pero no construye conocimiento, no razona sobre la información que maneja, y uno de sus errores más comunes es la denominada “alucinación”, que incorpora información inventada, incorrecta cuando se le pide crear la biografía de una persona de la cual no tiene datos, explicó Clarisó.
Para Garcia Brustenga, desarrollar el sentido crítico en los estudiantes y saber cómo cuestionar resulta imprescindible pues aprender no equivale a pasar un examen, “lo fundamental es que el estudiantado tenga una experiencia de aprendizaje positiva, al margen de las herramientas que utilice.
El estudiante, añade, puede aprender mucho relacionando, discutiendo y contrastando algo generado por la IA, el uso de ChatGPT tendrá un impacto en la educación, ya que obligará a revisar prácticas anticuadas, como que la inteligencia y el conocimiento de una persona lo determina la cantidad de información que conozca.
Desirée Gómez, especialista en tendencias educativas en el eLinC de la UOC, coincide al señalar como un error pensar el querer frenar el uso de una herramienta que llegó “para revolucionar no solamente la educación, sino también el ámbito laboral e incluso el ámbito doméstico”.
La pedagogía y el diseño instruccional, por un lado, y el compromiso ético del estudiante, por el otro, deben ser los pilares que permitan entender este tipo de tecnologías, las cuales pueden ser un apoyo para los alumnos en su aprendizaje, ello implica brindar una formación basada en valores y habilidades transversales que les ayude a comprender la magnitud de sus decisiones y acciones.
“Estas herramientas alimentadas por bases de datos ingentes imitan acciones de las que hasta ahora solamente eran capaces los seres humanos. La irrupción de esta mímesis tecnológica nos empuja, en primera instancia, al abismo de creer que somos criaturas obsoletas y reemplazables. En el ámbito educativo, se suma la preocupación por implantar una buena base de conocimiento en el estudiantado y evitar el fraude académico”.
El fenómeno del ChatGPT es similar a lo que sucedió con el uso de Wikipedia, que es un complemento, un apoyo para acercarse a un ámbito del conocimiento, pero que se sabe que el contenido no es fiable al 100 por ciento, y que en las fases beta los usuarios deben contrastar la información con otras fuentes especializadas, explica la especialista del eLinC.
Nati Cabrera Lanzo, profesora de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC y directora del máster universitario de Evaluación y Gestión de la Calidad en la Educación Superior, opina que aunque ChatGPT puede ser de gran ayuda, lo crucial es saber cómo interactuar con la app “y tener en cuenta sus limitaciones, que son muchas”
Por el momento es claro que el uso de la app requiere de la supervisión humana, para asegurarse de que el resultado se ajuste al objetivo no solamente en cuanto al contenido, sino también al tono que quiere usarse y tener presente que ChatPGT al contestar una pregunta dice: “es importante tener en cuenta que los modelos de lenguaje como el GPT todavía tienen limitaciones y no deben reemplazar por completo la interacción humana en el proceso educativo”.
“Lo que te ofrece la herramienta en realidad es como un primer trabajo base que, como docente, experto o conocedor de lo que pedagógicamente es necesario en un contexto educativo, tienes que poder matizar, mejorar, pulir… Eso no le quita valor a un primer acercamiento al conocimiento”.
C$T-EVP