Aunque México ya está dando los pasos correctos para hacer el conocimiento más accesible, transparente y colaborativo, la generación de éste sólo puede tener sentido cuando llega a las personas que más lo necesitan, coincidieron especialistas en el foro “Transición a la ciencia abierta”.
En el encuentro convocado por la Comisión de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, del Senado de la República, Andrés Morales, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en México, destacó que el gobierno federal ha mostrado interés en la ciencia abierta.
“La creación de la nueva Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación debe ser un incentivo y dar lineamientos más concretos para avanzar en la materia”, precisó, al recordar que la UNESCO emitió una recomendación para que los Estados promuevan políticas públicas para impulsar la ciencia abierta.
El principio de esta recomendación es que la ciencia abierta es un bien común, al servicio de las personas y el desarrollo sostenible, así como que el conocimiento debe ser más transparente, accesible y colaborativo y “en México se han dado pasos correctos que demuestran el interés para seguir ese camino”.
A su vez, José Antonio de los Reyes Heredia, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), recordó que “la exclusividad en el acceso al saber, produce y profundiza las desigualdades, en tanto la apertura lo transforma todo”.
En ese sentido, hizo un llamado al trabajo conjunto entre la academia, los tomadores de decisiones, editoriales y la sociedad, para reflexionar sobre el sentido que tendría generar conocimientos, si estos no llegan a quienes más lo necesitan para transformar su entorno.
En su oportunidad, Luis Armando González Palencia, presidente de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), recordó que particularizar o privatizar la ciencia, es una actitud equivocada porque excluye del progreso y del desarrollo a quienes no tengan para pagar.
A manera de ejemplo, recordó lo ocurrido durante la pandemia del COVID-19, que dejó como experiencia muy relevante la importancia de compartir el conocimiento para el beneficio de la humanidad.
La senadora Susana Harp Iturribarría, presidenta de la Comisión de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, fue más lejos, al considerar que el conocimiento se debe reconocer como patrimonio de la humanidad, porque de lo contrario, no podrían resolverse los grandes retos que enfrenta el país.
“Desafíos como la pobreza, el hambre, el cambio climático, la gobernabilidad y la paz mundial, serán imposibles de resolver, pues todos ellos requieren soluciones comunes con base en un conocimiento compartido”.
La legisladora afirmó que entre más información se tenga disponible para la consulta de especialistas, habrá mayor posibilidad de alcanzar mejores resultados respecto de los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la ONU en cada región.
Harp Iturribarría indicó que sin la disposición y los medios institucionales necesarios, no se puede crear una comunidad científica colaborativa que beneficie a la sociedad.
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