La aparición del ChatGPT está dando una sacudida a los sistemas educativos del mundo. Si bien es común que exista temor hacia la tecnología, ésta ha sido beneficiosa para la humanidad, por lo que las voces expertas apuntan que el uso de este chatbot con Inteligencia Artificial (IA) puede convertirse en una herramienta más que ayude a potencializar las capacidades del personal docente y el alumnado.
“Docentes y estudiantes bien pueden potenciar sus capacidades y posibilidades por el apoyo de tecnologías como la IA, del mismo modo que lo hicieron en su momento las calculadoras respecto de las matemáticas. Su existencia no neutralizó ni amenazó la tarea docente”, enfatizó Alejandro Morduchowicz, especialista Líder en Educación en la División Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Para el experto, el potencial del ChatGPT es evidente, en especial para los docentes, pero no sólo para generar contenidos, sino como un apoyo para elaborar sus propuestas de enseñanza, por lo que lejos de que se convierta en una ruptura, puede ser un nuevo punto de inflexión en un largo continuo de cambios.
“Parecería que ChatGPT es el eslabón que faltaba para conectar los repositorios de recursos didácticos que se vienen generando en internet desde hace algunas décadas con las necesidades específicas derivadas de la cotidianeidad y premura de la tarea docente (y que no siempre pueden responder los buscadores o portales educativos)”.
Es así que, plantea, un profesor o profesora de filosofía que quiera abordar cuestiones relativas al género podría solicitar a ChatGPT un documento con las principales normas internacionales sobre el tema, o bien los avances legislativos en su país.
Asimismo, sin necesidad de dominar la estructura de los buscadores convencionales, a través de una simple pregunta el docente estaría en la posibilidad de obtener noticias periodísticas o estadísticas vinculadas a la vulneración de la igualdad de derechos en esta materia.
Y aunque reconoció que la misma capacidad de responder preguntas, que es la cara visible del ChatGPT, puede despertar algunas alertas acerca de la tarea docente y/o de las consignas escolares y su validez, pues piensan en que sea utilizado para copiar y pegar tareas sin que los docentes puedan tener control de ello, sólo son supuestos.
“Esto se basa en supuestos tales como que la tarea de enseñar se limita a repetir contenidos y la de los estudiantes a aprender a repetirlos. Si esto fuera así, el ChatGPT sería el mejor docente y, al mismo tiempo, el mejor de los alumnos… Como todo recurso, por sí solos ni el ChatGPT en particular, ni la IA en general mejorarán mágicamente los problemas del sector”.
Morduchowicz enfatizó que así como no son una amenaza, tampoco son una solución, sino instrumentos con potencial uso en educación y, como cualquier otro, con sus propios alcances y limitaciones.
“Como suele ocurrir en estos casos, todas las miradas se enfocan hacia docentes y alumnos. Pero no se debe soslayar la necesidad de políticas para que estas herramientas se encuentren al alcance de todos. Sin los recursos mínimos -dispositivos y conectividad-, el aprovechamiento de la Inteligencia Artificial seguirá siendo más materia de discusión que de aplicación”, puntualizó.
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