El futuro de la educación a distancia es prometedor, pues hoy todas las instituciones educativas, después de las necesidades evidenciadas durante la pandemia, hablan de la conveniencia de tener opciones híbridas que permitan a docentes y alumnos optar cuando así lo decidan, por un esquema virtual o presencial.
Más aún cuando la educación es la antesala del ingreso al mundo laboral, donde también luego del confinamiento sanitario por el COVID-19, fue patente el apostar por el teletrabajo y el home office, experiencia que puede ser adquirida desde las aulas virtuales, donde los alumnos aprendan a manejarse en ese creciente mundo virtual.
David Monson, Jefe de Class Technologies Inc, indicó que al concluir la pandemia la empresa se dio a la tarea de realizar un sondeo para conocer la experiencia de maestros y alumnos, de tomar clases a través de plataformas, que originalmente fueron diseñadas para llevar a cabo reuniones de trabajo y de negocios.
Como respuesta se tuvo que tanto para los alumnos como para los docentes, la experiencia de educación a distancia no fue del todo positiva, siendo los maestros quienes fueron más enfáticos al señalar que su experiencia no fue tan grata y preferían regresar al modelo presencial.
“La razón puede explicarse en que llevar la educación a una plataforma diseñada para reuniones de negocio, resultó complicado replicar todo el ambiente que se genera en un salón tradicional de clases, no sólo en materia de creación de contenidos, de dinámicas de trabajo, sino todo lo que implica para las personas convivir en un mismo espacio”.
Por ello y luego de operar la plataforma Blackboard, Class Technologies Inc decidió diseñar una especialmente para el sector educativo, la cual “nació durante la pandemia”, una opción que buscó facilitar al máximo el proceso de enseñanza-aprendizaje virtual.
En la impartición de clases presenciales hay una amplia experiencia en la presentación de los contenidos, realizar dinámicas de aprendizaje, y cómo alcanzar los objetivos de la currícula académica; sin embargo, replicar esto en forma virtual, no fue del todo fácil durante la pandemia.
“Durante la pandemia se detectó la dificultad de establecer la misma conexión que se genera en una aula, de utilizar contenidos hechos para trabajar en forma presencial, de captar la atención de los alumnos, todo ello fue complicado, algunos se aburrían, otros los distrajo la dinámica del hogar, lo que tuvo como resultado un menor aprendizaje, menor comprensión de los temas, y una actitud hacia la educación a distancia negativa”.
Desarrollar un aula virtual fue un quiebre, lo primero que se logró fue generar un ambiente totalmente diferente con “engagement”, es decir, con conexión, pues el objetivo de la plataforma Class fue restaurar mucha de la animadversión que generó la experiencia de la pandemia.
«La segunda parte que se desarrolló fue pensar en un modelo híbrido con mucha flexibilidad y restaurar la calidad de la enseñanza-aprendizaje a partir del engagement».
Una encuesta entre 5 mil alumnos mostró que se buscaba regresar a la normalidad, pero bajo un modelo híbrido, flexible que combinara lo virtual con lo presencial, “con la posibilidad que cuando lo necesite estaré en forma virtual, privilegiando la asistencia al aula”.
“Por diversas razones, ya sea por trabajo, porque debo cuidar a mi hijo, no quiero manejar hora y media para asistir a la universidad, en la encuesta hablaron de tener la posibilidad de gozar de la ventaja de decidir ellos, cuando pueden optar por lo virtual o lo presencial”.
Con particular enfoque en lo educativo y corporativo (capacitación), Class Technologies Inc. ya está en México (CDMX y Monterrey) y en América Latina (Brasil), y en Utha, Estados Unidos, desde dónde se dirige la empresa, sin la necesidad de establecer oficinas en forma física, con operación 100 por ciento virtual; 300 personas haciendo teletrabajo, para atender las necesidades del mercado global.
El concepto de aulas virtuales Class, ha despertado el interés de quienes manejan en México la tecnología académica, al ver las ventajas que ofrece una plataforma elaborada especialmente para el sector educativo, con mayores ventajas y menos costos que lo que ofrecen plataformas como zoom.
Partiendo de la premisa que lo que no se mide no se puede mejorar, la plataforma educativa Class tiene la posibilidad de entrar a la «caja negra» y poder ver los inputs/outputs y realizar cambios ya sea en materia de contenidos, métodos o incluso las mediciones que se pueden realizar.
“Medir el nivel de engagement observado entre los alumnos, en tiempo real, permite tomar acciones inmediatas sobre el alumno que no está mostrando un buen rendimiento. Estas alertas abren la oportunidad a los docentes para atender a tiempo casos de alumnos que pudieran terminar en deserción escolar, y no como se hace en el modelo tradicional donde se detecta hasta que esto ocurre”.
La interfase de la plataforma ofrece una interacción alumnos-maestro muy dinámica y estrecha, incluso sostener comunicación en forma individual para atender necesidades específicas, así como solicitar reacciones a los alumnos sobre el tema que se analiza en clase, respuestas que solo puede ver el docente teniendo una experiencia similar a la del modelo presencial.
Sin que represente una evaluación en el sentido estricto de la palabra, medir el engagement de los alumnos puede ofrecer mediciones acerca del nivel de participación que tuvo un alumno en clase (en tiempo real), datos que indiquen sus preferencias académicas, y ser relacionado su desempeño con otras clases, otros maestros, lo que es de suma utilidad para los docentes.
“Cuando los alumnos mantienen un enfoque y manifiestan interés y hay conexión en las clases, son señales de aprendizaje real, pero si prevalece el aburrimiento y el desinterés es claro que los alumnos captarán poco en detrimento de su aprendizaje”.
David Monson precisó que toda la data capturada en la plataforma se mantiene con altos niveles de seguridad y confidencialidad, respetando la regulación sobre privacidad de datos, y se determina quiénes son los únicos que pueden utilizar esa información, el objetivo es utilizarla sólo en beneficio del proceso de enseñanza-aprendizaje de los alumnos.
“Nuestro primer cliente en América Latina que ha mostrado un interés en todas las ventajas que ofrece la plataforma Class, está en México, en el Instituto Panamericano de Alta Dirección (IPADE)”, pero hay una amplia cantidad de interesados en México. Es importante que esta tecnología académica su adopción se promueva desde el liderazgo de las instituciones educativas.
C$T-EVP