En los últimos 14 años el Ministerio de Educación de Argentina entregó casi 7 millones de computadoras a niños y niñas de secundaria, a través del programa “Conectar igualdad”, con una estrategia que busca “maximizar la equidad en el acceso a recursos tecnológicos para reducir la brecha digital”, pero que en la práctica ha presentado altibajos íntimamente ligados a tiempos electorales.
Y si bien “las entregas per cápita tienen un efecto positivo y estadísticamente significativo en el crecimiento del acceso fijo a internet, el rezago en las entregas refleja una relación negativa entre provincias, dinámica que podría responder a barreras estructurales o a una falta de sostenibilidad en el uso de los dispositivos distribuidos”, concluye una investigación realizada con apoyo del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina (cet.la) y el Centro Latam Digital.
La investigación de Lucía Baraldi, licenciada en ciencias políticas por la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina y maestrante de Administración y Políticas Públicas en la Universidad de San Andrés, es parte del programa de becas Junior Fellowship, que apoya a jóvenes investigadores para promover el desarrollo de las telecomunicaciones y la digitalización en América Latina.
En ella, la autora destaca que desde 2010 hasta el 2014, se entregaron un total de 6 millones 993 mil 976 dispositivos a niños de secundaria en distintas partes del país, donde se observa una conexión entre las entregas y la expansión de la conectividad en los hogares, “pero también destaca limitaciones en términos de sostenibilidad y equidad”.
Asimismo, es evidente un patrón donde “la entrega de dispositivos alcanza picos en los periodos pre electorales, “particularmente en los años 2011, 2013, 2015 y 2019. Este comportamiento podría responder a una estrategia de reforzamiento de la política pública de inclusión digital en coincidencia con momentos electorales”.
Dentro de esa misma tendencia, cuando hubo periodos sin elecciones relevantes, como los años posteriores a 2017 y 2021, se observó una disminución en la entrega de dispositivos, “evidenciando un comportamiento que refleja la influencia del contexto político y electoral”.
Como excepción a este comportamiento ligado con los procesos electorales, destaca el año 2020, pues se observó un repunte en la distribución “que parece estar vinculado a las necesidades educativas emergentes durante la pandemia de COVID-19, cuando la urgencia de garantizar dispositivos tecnológicos para la educación remota, puso en primer plano la importancia del acceso digital”.
Sin embargo, las cifras posteriores muestran que las entregas volvieron a disminuir más adelante, una vez más, ligado con un manejo del programa que parece estar “influenciada por decisiones políticas más que por criterios exclusivamente técnicos o educativos”, además de las prioridades de política pública que se observaron a raíz de cambios de gobiernos.
La autora también compara este programa con otros similares, por ejemplo: “Una Laptop por Niño” en Perú y el “Plan CEIBAL” en Uruguay, de lo cual concluye que la distribución de dispositivos, se debe de complementar con estrategias educativas y de infraestructura que maximicen su impacto.
Esta fue una de las investigaciones impulsadas por la becas Junior Fellowship 2024, además de otra realizada por Nathan Paschoalini en Brasil, quien dedicó su investigación a la gestión del espectro en ese país, enfocada en identificar las diferencias entre los procesos de las subastas de 4G y 5G, así como comprender las razones e implicaciones de estos cambios, considerando elementos específicos como el precio del espectro y los períodos de licencia.
C$T-GM