En EU y Europa este modelo ha mostrado su éxito; México lleva al menos 20 años de retraso
El gobierno federal se impuso la tarea de modernizar la movilidad de la población a través del relanzamiento del transporte ferroviario de pasajeros, proyecto que exigirá una inversión superior a 100 mil millones de pesos, para desarrollar tres líneas, que deberán ser construidas en un periodo de tres años y medio (2014-2017).
Desde el punto de vista técnico, llevarlos a cabo e iniciarlos este mismo año, tiene viabilidad, “aunque desconozco los tiempos administrativos de la Federación”, aseguró el experto en desarrollo, ingeniería y mantenimiento de proyectos
ferroviarios, Carlos Orozco.
Indicó que al igual que sucede con los trenes de Estados Unidos y salvo las rutas de alta velocidad en Europa, todas las líneas de pasajeros resultan compatibles con las de carga, así “lo han resuelto en esos países, no veo porque no deba funcionar en México” y compartir vías férreas.
En su opinión, es latente el interés de los inversionistas, operadores y constructores por participar en los tres proyectos de licitación de tren de pasajeros, emprendido por el gobierno, pues se trata de desarrollar alrededor de 600 kilómetros de vías férreas; “sobre rutas y derechos de vía ya existentes, no es un proyecto gigantesco, sino un plan viable y factible de llevar a cabo”.
En contraste, Alejandro García Lara, investigador del Tecnológico de Monterrey, dijo que aunque el tren de pasajeros tiene gran viabilidad, es imprescindible que el gobierno federal garantice que se trata de proyectos completos, que tengan estudios de impacto ambiental y urbano, uso de suelo, los terrenos expropiados necesarios, proyectos autorizados y todos los detalles que exigirá sacar adelante las licitaciones en tiempo y forma.
Si no se hace público todo esto, “estaremos frente a meras declaratorias del gobierno; actualmente los ciudadanos tenemos un alto nivel de escepticismo”, la sociedad exige un sistema de información y documentación completo y transparente, donde esté disponible todo lo relacionado al presupuesto así como los lineamientos técnicos que exigen estos proyectos.
Añadió que al atravesar estas rutas por diferentes puntos del país, es necesario garantizar que la SCT, la Semarnat, el Instituto Nacional de Ecología, los municipios, los gobiernos estatales, y las organizaciones ciudadanas -ante eventuales afectaciones-
estén todos involucrados, pues la ausencia de cualquiera, puede obstaculizar la
construcción de estos proyectos.
Indicó que el proyecto de establecer un tren rápido en el país, es un proyecto en el cual México lleva al menos 20 años de retraso, respecto a lo hecho en España o Alemania, donde la velocidad promedio media es de 220 kilómetros por hora, “se trata pues de copias a destiempo, eso es lo lamentable”.
Cuestionado sobre la posibilidad de ejercer subsidios de por vida a estos tres proyectos ferroviarios para pasajeros, Carlos Orozco habló de la necesidad de establecer esquemas de costo-beneficio adecuados.
En este tipo de proyectos se debe tener clara la diferencia de no incurrir en subsidios que representen “dinero tirado a la basura, sino de aplicar inversión fiscal en actividades o proyectos que son benéficos para la población o en la propia rentabilidad de la economía, esa debe ser la medida justa para valorar si es correcto aplicar recursos del erario.
Destacó que pese a las críticas, el relanzamiento del tren de pasajeros tiene un éxito indiscutible en países tan modernos como los europeos, en EU hay 55 proyectos en proceso, en el mundo entero hay una tendencia a utilizar esta modalidad como una eficiente forma de transportar a la población en la ciudades y también entre ciudades.
Finalmente aseveró que la duración o el plazo de la concesión que establezca el gobierno federal en cualquiera de los trenes, será un elemento “crítico” para evaluar el nivel de rentabilidad de cada proyecto.