Busca el tipo de crédito que más se adapte a tu actividad productiva, evalúa las garantías, plazos, montos disponibles, requisitos para la contratación, así como los derechos y obligaciones que asumirás a la hora de firmar el contrato.
Consulta tus estados de cuenta en forma periódica para comprobar la aplicación de tus pagos y el saldo remanente.
Compara diferentes opciones de crédito: recuerda que puedes realizar pagos adelantados a tu crédito para mejorar las condiciones.
Determina con anticipación los fondos necesarios para poner en marcha la empresa y para obtener el capital.
Recuerda mantener un sano historial de crédito propio y de tu empresa para ser sujeto de otros créditos.
Compara la oferta que ofrecen las distintas entidades financieras; no contemples únicamente los productos tradicionales. Existen entidades especializadas en determinadas actividades que probablemente te darán un crédito más adecuado a tus necesidades.
Nunca utilices la tarjeta de crédito personal para pagar las deudas o necesidades de tu empresa, este tipo de manejo financiero puede poner en riesgo tus finanzas personales.
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