Necesario reconstruir el concepto de Ciudadanía.
Las competencias mediáticas en las escuelas como una asignatura más para preparar a los niños, niñas y jóvenes desde el nivel básico hasta la secundaria en el manejo de la información -la materia prima del mundo digital y de las fake news-, son un elemento esencial para avanzar en la construcción de una ciudadanía digital, coincidieron expertos en el primer día del Foro virtual AMI 2020.
Es fundamental incluir como asignatura obligatoria las competencias mediáticas y digitales en la formación de los ciudadanos, como ha señalado la Unesco, a través del Media Information Literacy (MIL) y varios expertos, como Johan Ferrer, Alejando Piscitelli, entre otros, quienes lo han señalado desde los años 90.
“Hay que entender y saberse de arriba a abajo las dimensiones, entender por ejemplo, que todo producto informativo que llegue a nosotros, sea en formato de serie de televisión tiene contenido de ideología y ético, y cómo cambia la narrativa. Todo eso es parte de saber analizar y saber producir. Si somos buenos prosumidores sabremos disminuir la carga de fake news”, subrayó Luis Romero-Rodríguez, investigador de la Universidad Rey Juan Carlos.
Al hablar de un estudio realizado con estudiantes de comunicación de España, México, Perú y Venezuela, para explorar el efecto que tiene la exposición mixta de informaciones formales y fake news, afirmó que se comprobó la hipótesis de que mientras más información formal se consume, menos credibilidad tienen las noticias falsas.
Sin embargo, “esta situación no está tan clara en los resultados obtenidos en México y Venezuela, donde el realismo de las fake news parece no estar relacionado con el consumo de información formal”, acotó en el foro virtual Jóvenes AMI 2020, organizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
En el caso de Venezuela, abundó, el fenómeno estaría relacionado con el control gubernamental de los medios de comunicación, y en México con la pérdida de credibilidad hacia medios convencionales o tradicionales.
“Muchas veces tendemos a creer en las fake news, incluso en las parodias, más que en las noticias porque no somos capaces de llevar una continuidad del diario acontecer”.
De acuerdo con dicho análisis, abundó, cuando hay realismo percibido de las fake news existe afectación en las variables de eficacia política, fundamentada en la creencia de un individuo o grupo, de poseer capacidades de participar e influir en el curso de los acontecimientos políticos; también en alienación política, que es la respuesta afectiva frente al sistema político y sus líderes generalmente con connotaciones negativas.
Otro indicador afectado, expuso, es el de cinismo político, que es el sentimiento de frustración individual o colectiva que indica el grado de insatisfacción con los políticos y con el trabajo gubernamental.
“La única salida que hay de la desinformación y las fake news es promover las competencias mediáticas, la alfabetización mediática, la competencia digital sana, saludable y la competencia informacional”, enfatizó.
Al ser interrogado sobre cómo contribuye la alfabetización mediática a un mejor ejercicio de ciudadanía y de derechos, en las personas que consumen contenidos en los diversos medios, aseveró que la comunicación es igual a la democracia. “Sin comunicación sana, saludable, sin información veraz se cae la democracia”.
En el mismo evento virtual, Hilda Saray, defensora de las audiencias de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), habló del cambio que se ha dado en la relación usuarios-medios de comunicación, de cómo la relación con los medios tradicionales era unidireccional pero ahora ofrece la posibilidad de tener una réplica, y establecer un mensaje propio.
“Los cambios de esta era digital son de fondo, son cotidianos en la vida de las personas y tienen impacto en todas las actividades que llevamos a cabo”, sostuvo la especialista.
Las personas se encuentran ante un crecimiento exponencial de la información, tanto de la falsa, como de la formal, y en un entorno en que “la posibilidad de la interconectividad y la hiperconectividad de lo contemporáneo ha hecho que lo humano se vea profundamente modificado, en nuestras percepciones del tiempo, del espacio, de las relaciones sociales”.
Coincidió en la necesidad de promover las competencias digitales, con una responsabilidad que apunta a construir una ciudadanía digital, «no solamente la ciudadanía que ejercemos, y que en el siglo XX nos enseñó, mediante el voto, la participación social, la organización, sino que ahora debe llevarse esto a un espacio digital”.
C$T-EVP