La brecha de conocimiento detectada entre los profesores en el manejo de herramientas tecnológicas durante la pandemia, evidenció la falta de una formación continua que les permita adquirir competencias y habilidades digitales para adaptarse a los roles que exige una nueva realidad en la que la digitalización apresuró el paso.
«La experiencia mexicana durante la pandemia ha ilustrado las deficiencias del país en la provisión de herramientas para la formación de los profesores en Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para garantizar un aprendizaje digital eficaz”, señalaron María Cristina Cárdenas Peralta y Ana Lidia Franzoni Velázquez.
En el texto “Best practices in distance education learning, Mexican experiences”, que se incluye en el documento “Digital Skills Insights 2021” de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), las expertas señalaron que la brecha de acceso a internet también significó una importante limitación para ofrecer cursos en línea a nivel nacional que podrían haber ofrecido una mejor respuesta a la pandemia.
Cárdenas Peralta, economista experta en Edtech y Franzoni Velázquez, doctora en Ingeniería del Conocimiento y Sistemas de Información, hicieron referencia a un análisis realizado por “3C Innovation for Human Development”, empresa de consultoría con sede en la Ciudad de México, para desarrollar un programa de apoyo a profesores y a otras poblaciones en transición.
A través de una encuesta realizada del 30 de julio al 3 de septiembre del 2020 por la consultora 3C, se descubrió que la crisis sanitaria puso de manifiesto la necesidad de cambios en el sistema educativo para afrontar nuevos retos.
“Los profesores destacaron una serie de lagunas en su formación, como el desarrollo de habilidades digitales, el uso de herramientas digitales y aplicación de nuevos métodos pedagógicos para crear contenidos”.
Con las respuestas de 366 mil 571 docentes se identificaron los temas de interés que se necesitan para la formación a distancia. Por ejemplo, los consultados demandaron más formación para desarrollar habilidades digitales y herramientas pedagógicas, así como apoyo continuo para cumplir su misión de enseñanza.
Entre los temas para el aprendizaje a distancia, destacaron el diseño de estrategias de enseñanza, 12 por ciento; uso didáctico de las TIC, 11 por ciento; y planificación, 10 por ciento; evaluación del aprendizaje, 10 por ciento; e Innovación y credibilidad, 10 por ciento.
Si bien, las especialistas señalaron que datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) anteriores a la crisis, es decir, la Encuesta Internacional de Enseñanza y Aprendizaje (TALIS) de 2018, sugerían que los profesores, los alumnos y las escuelas de México estaban mejor preparados para enfrentar el impacto de la pandemia de COVID-19 que otros países, la realidad fue distinta.
“A pesar de la implicación de México con la alfabetización digital y el pensamiento computacional, en particular con @prende 2.0, no se pudieron aprovechar los esfuerzos anteriores para lograr a nivel nacional un aprendizaje a distancia realmente innovador y eficaz durante la pandemia, y se hizo evidente que los profesores tenían dificultades para pasar de la educación presencial a la educación a distancia”.
En México, 33.2 millones de niños y adolescentes, 28 millones de escuelas primarias y secundarias y alrededor de 5 millones en preescolar, fueron afectados por el cierre de escuelas, pues para continuar sus aprendizajes se implementó la estrategia Aprende en Casa, consistente en la transmisión de contenidos educativos basados en la edad a través de la televisión.
Aunado a ello, las escuelas empezaron a cambiar el aprendizaje en línea, a pesar de carecer de la infraestructura necesaria para hacer frente a todo el alcance de la crisis; de acuerdo con la organización Signos Vitales, el número de niños que tomaron cursos en esta modalidad fue de menos de 8 millones, de una población total de 26 millones de niños, expusieron.
“Aunque México está mejor posicionado que muchos otros países de América Latina con respecto al acceso a Internet, existe una profunda brecha dentro de México entre los hogares rurales y urbanos. Esta brecha representa una limitación significativa en los cursos en línea a nivel nacional que podrían haber ofrecido una mejor respuesta a la pandemia”.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el año en que comenzó el confinamiento 80.6 millones de mexicanos mayores de seis años utilizaban Internet, pero sólo 20.1 millones de hogares contaban con una conexión, es decir aproximadamente 70 por ciento del total.
C$T-GM