En los últimos años el proceso de digitalización de la economía nacional presenta avances importantes, sin embargo, “México aún tiene muchas fichas en la mesa”, pues le falta superar diversos retos para alcanzar su verdadero potencial, aseguró Ernesto Bojórquez, director de NIC México.
Al participar en el webinarMéxico Digital: Una Visión de futuro, el especialista señaló la falta de habilidades digitales que predomina en el país, pues según el estudio “Talento TI”, elaborado por Tech Group, sólo hay alrededor de 250 mil profesionales en Tecnologías de la Información (TI), cifra que representa apenas el 0.20 por ciento, del total de la población.
“Hoy las empresas mexicanas están luchando por atraer ese talento, y al mismo tiempo luchando con economías que también están buscando atraer este tipo de capital humano”.
En materia de innovación tecnológica existen sólo ocho unicornios, es decir, empresas que han logrado superar los mil millones de dólares. Dos son Fintech, dos de comercio electrónico y una del área de logística. Aunque hay margen para crear muchas más, el problema es que en actividades de innovación e investigación la inversión en el mercado doméstico es limitada.
Sobre gobierno digital, hay un esfuerzo importante de las autoridades por adoptar la tecnología y digitalizar los trámites, así como impulsar con algunos programas el emprendimiento y la innovación, pero con un pendiente de resolver como es el programa de dar Internet para Todos (CFE Telecomunicaciones Internet para Todos).
“En los últimos años se ve un progreso en la digitalización del país aunque se puede encontrar dentro de esta misma información, que se están dejando muchas fichas en la mesa”, precisó al participar en webinar “México Digital: una Visión de Futuro, organizado por el ConsejoSI.
México ha generado los medios para tener la infraestructura mínima y al tener como frontera a uno de los países más desarrollados del mundo y más importantes en tecnología, puede tener acceso a ella, pero sería mucho más relevante tener recursos y capital humano capaces de desarrollar tecnología propia.
En el Ranking de Competitividad Digital Mundial 2021, México alcanzó el lugar 56 de 64 países, “no es el lugar donde nos gustaría estar”.
Al evaluar el nivel de talento en el país, alcanza el sitio 51; el 50 en concentración científica y 41 en actividad empresarial (con retraso de 2.8 en el puntaje general, respecto a 2020), todo ello muestra el amplio abanico de posibilidades que tiene el mercado nacional por avanzar.
Desde el punto de vista poblacional, cierto que hay poco más de 88.5 millones de internautas en México, con una penetración de internet de 75.6 por ciento, derivado de que con la pandemia la cantidad de usuarios creció, tanto en número como en las edades de los usuarios, así como entre la población infantil y adultos mayores.
Sin embargo, hay datos que llaman la atención, como el relacionado con ese 35 por ciento de la población que no usa internet porque desconoce cómo hacerlo; otro 18.5 por ciento que simplemente no tiene interés, y un 3.5 por ciento que tiene una percepción de alta inseguridad al navegar por la red.
“Estos tres datos sin duda dependen de la información y la educación, para saber lo que se puede hacer con internet, cómo funciona y estar educado de tal forma que permita su aprovechamiento, particularmente entre este segmento que puede ser salvable, sin contar con ese otro segmento que representa otros retos porque carecen de conectividad o de un dispositivo para navegar por la red”.
Aunque 95 por ciento de la población se conecta a través de un smartphone, esto está mayormente orientado a la comunicación y el entretenimiento; sólo 42 por ciento, lo hace a través de una computadora, lo que aumenta las posibilidades de desarrollar y crear proyectos en el ámbito digital.
El 88 por ciento de las personas usa su conectividad y dispositivo para comunicación; el 72 por ciento para entretenimiento, solo 50 por ciento usa internet para correo electrónico lo que ya puede considerarse como una actividad productiva y sólo 23 por ciento para realizar trámites, es decir, a partir de estos dos últimos conceptos los porcentajes empiezan a disminuir.
Otra de las actividades productivas que se podrían considerar es el comercio electrónico, que de acuerdo con la AMVO, en el periodo 2021, sumó 400 mil millones de pesos, cifra 27 por ciento mayor a lo registrado en 2020, factor relevante para la economía familiar y nacional y porque superó en 10 puntos porcentuales la tasa de crecimiento mundial (16 por ciento).
Sisi de la Peña, Gerente Regional de Comercio Digital y Directora para México y Centroamérica de la ALAI, también destacó que en 2017, “hace sólo cinco años”, México se encontraba en el lugar 49 en el Índice de Competitividad Digital, pero se han perdido posiciones en el índice general.
Por ello cuestionó qué avance se tendría si el ambiente de negocios, regulatorio, de fomento a la innovación y si el gobierno hubiera generado las condiciones necesarias para que México pudiera responder al desarrollo tecnológico que se observa en el mercado global.
En el Ranking de Competitividad Digital Mundial 2021, hay otros subíndices relacionados con el ámbito regulatorio, donde el impacto negativo es mucho mayor, pero al observar el lugar que tenía México en 2017, (escaño 39), se puede ver la pérdida de más de 14 puntos porcentuales, si se considera el sitio al que cayó en el 2021 (56).
Destacó que otro elemento básico que no debe dejarse de lado es el desarrollar un marco de ciberseguridad, pues sino hay un ambiente óptimo y coordinado en materia de seguridad, aunque haya innovación y regulación, los cambios que se buscan en el sector “no irán hacia ningún lado”, ese factor es elemental.
Bojórquez dijo que lo natural sería optimizar los factores que mueven el bienestar de las personas y de la economía en su conjunto, sin embargo, en defensa de la dinámica observada, se debe considerar que no se habla de la aparición de una sola tecnología, sino de toda una revolución tecnológica, lo que habla de la complejidad de poder ubicar al país dentro de las 10 economías del mundo.
El especialista reconoció que el aspecto regulatorio tiene una gran incidencia en la innovación y el avance de la digitalización, por lo que sugirió que antes de imponer nuevas reglas, es prioritario que las autoridades vean como impulsar el avance del actual ecosistema, “no matar la innovación o desincentivar el desarrollo” por imponer prácticas de prevención.
Así como la creación del internet se trató de un esfuerzo colaborativo, valdría la pena que se replicará ese esfuerzo en el gran desafío que impone el proceso de la digitalización, ese debería ser el rol de los gobiernos, coordinar e impulsar y optimizar los resultados, respetando la especialidad que hay en lo individual.
C$T-EVP