México con alta prevalencia de estrés laboral.
Si bien el teletrabajo representa una serie de aspectos positivos como la flexibilidad de horarios y el ahorro de tiempo relacionado con desplazamientos, las personas que están operando en esta modalidad deben evitar hábitos laborales que los lleven a enfrentar el síndrome de “burnout”, un padecimiento que se caracteriza por síntomas como agotamiento, falta de concentración, irritabilidad o insomnio.
De acuerdo con el estudio “Felicidad en el lugar de trabajo”, realizado por Udemy for Business, tener un buen equilibrio entre trabajo y vida personal es el factor más importante para los trabajadores (37 por ciento), por encima de cualquier otro aspecto.
Sin embargo, teletrabajar no es, o al menos no debería ser, sinónimo de disponibilidad 24/7, algo que los trabajadores y las empresas deben tener muy claro, puntualiza Néstor Guerra, experto en gestión de equipos y trabajo en remoto e instructor de Udemy.
“Es cierto que podemos enfrentarnos a un pico de trabajo en el cual resulta casi prácticamente necesario invertir más horas, debiendo ser temporal, pero no la pauta general”.
Esta situación de alargar las horas laborales día a día y durante un periodo de tiempo amplio genera desgaste mental y físico en cualquier persona. De este modo, resulta fundamental ceñirse a los horarios, establecer prioridades, optimizar el tiempo, y saber diferenciar entre urgente e importante.
“Existen trabajadores que cuentan con una gran capacidad de concentración y que son capaces de mantenerla tanto desde la oficina como en su casa. Estos trabajadores comienzan su jornada laboral y son capaces de estar conectados y trabajando incansablemente hasta que terminan su jornada laboral hasta tarde”.
Aunque a priori esta concentración pueda resultar admirable o pueda parecer beneficiosa a nivel de eficiencia, la realidad es que nuestra mente y nuestro cuerpo necesitan descansos para mantener la productividad.
Para conseguir este equilibrio y que no se vea mermada la productividad, señala el experto, una buena práctica es establecer alarmas para hacer descansos durante la jornada laboral, de manera que despejemos durante ese momento la mente y separemos la vista de la pantalla.
“Podemos aprovechar también para estirar los músculos y recargar energías. Además, por supuesto, debemos respetar los horarios de comida y mantener una dieta saludable, ya que, tal y como afirma la Organización Internacional del Trabajo (OIT), comer de forma inadecuada puede disminuir hasta en un 30 por ciento la productividad laboral”.
Durante el home office las personas pueden sentirse cuestionadas por sus superiores o sentir la necesidad de demostrar que están siendo productivos desde casa. Por ello, en ocasiones, tienden a asumir más tareas de las que pueden abarcar y, consecuentemente, a trabajar más horas de las establecidas.
Esta sobrecarga de trabajo junto a la sensación de “no poder llegar a todo” provoca un estrés en el trabajador que puede derivar en un “burnout”. Aunque este agotamiento puede ser más habitual entre los directivos y altos ejecutivos, debido a su nivel de responsabilidad dentro de las compañías, puede afectar a cualquier trabajador.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), México tiene 75 por ciento de prevalencia de estrés en su fuerza laboral; un escenario en el cual resulta fundamental que exista una base sólida de confianza entre el trabajador y la empresa, y más entre el trabajador y el líder o responsable del proyecto, en general, entre todo el equipo.
“De esta manera, los trabajadores tendrán la seguridad que necesitan para delegar tareas y levantar la mano si requieren de ayuda para llegar a todo”.
C$T-GM