Los autos y la industria dejaron de ser los grandes emisores de contaminantes ambientales, pues actualmente toda empresa en proceso de transformación digital y con una cantidad importante de activos digitales, puede generar una amplia huella de carbono, lo que hace imprescindible que el crecimiento y desarrollo de las organizaciones sea de manera sustentable y sostenible.
En sólo cinco años (2030) los gobiernos de cada nación deberán mostrar las acciones que realizaron para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y lamentablemente en el control de la huella de carbono México y su sector productivo “van atrasados”, con un porcentaje importante de empresas que incluso, ni siquiera han tomado conciencia del gran beneficio que representan estos compromisos.
“Vamos tarde… todavía hay empresas cruzadas de brazos” sabiendo que deberán cumplir y alcanzar una certificación en sostenibilidad y sustentabilidad, “Cinco años es muy poco para un país que apenas está tomando conciencia”, y considerando que en la Unión Europea ya se trabaja en ello desde hace años, incluso ya con normativas vigentes, procesos “que no se alcanzan de la noche a la mañana”, explicó Pedro Germán Castillo, Gerente de producto de IKUSI en México.
Ikusi es una empresa que ha recogido la experiencia de países en regiones como Europa donde han tomado la delantera en temas de cuidado ambiental, este tipo de soluciones se han traido a México para que las empresas optimicen su consumo energético y con ello reduzcan su huella de carbono, es decir, procesos que además de beneficiar la protección al medio ambiente, les representen ahorros importantes en sus costos de operación.
Como ejemplo destacó cómo los centros de datos se han convertido en grandes consumidores de energía eléctrica y agua, por lo que en este sector se mide mucho la eficiencia de esos dos grandes recursos, no tanto para comparar su huella de carbono respecto a las fábricas o autos, sino para medir su eficiencia y consumo energético, a partir incluso de normas como el ISO-21031, que mide la intensidad del uso de carbono en las Tecnologías de la Información (TI).
“Se trata de un ciclo de monitoreo, optimización y certificación, el cual inicia por hacer un inventario de todos los activos digitales de todo el ecosistema, y una vez definido se empiezan a monitorear esos activos por medio de la extracción de datos; se monitorea para dar transparencia del consumo y para saber cómo optimizar ese consumo y tener acceso a estándares certificados”.
Castillo detalló que primero se revisa el origen de la energía que consume la empresa, si proviene de energías limpias, de parques fotovoltaicos o complejos hidroeléctricos, o si es generación y distribución de la CFE. Se sabe que la energía de la paraestatal se genera por combustibles sólidos, combustibles fósiles, lo cual genera una huella de carbono importante, entonces todos esos parámetros sirven para definir qué tanta huella de carbono hay en una empresa.
Ikusi provee a las empresas soluciones que les ayuden a optimizar su consumo energético, a bajar su huella de carbono y cómo pueden certificarse, de la mano de estándares como el ISO o considerando iniciativas como los ODS presentados desde 2015 y que deberán cumplirse hacia el 2030, tal como lo estableció la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En opinión del experto, para el usuario común, pensar en servicios de nube, el internet y el espectro radioeléctrico no siempre lo remite a la emisión de algún tipo de contaminante, pero las empresas de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) saben que una sola consulta en ChapGPT o la integración de aplicaciones de Inteligencia Artificial propician un enorme consumo energético con su consecuente huella de carbono.
Google, Netflix, Uber, Airbnb, Meta y todas las grandes plataformas digitales están generando una huella de carbono importante y al integrar apps o componentes de Inteligencia Artificial “realizan una inmensidad de procesos internos y consumen una cantidad bárbara de energía”, es decir, procesos hoy utilizados lo mismo en industrias como la automotriz o el acero, pero incluso entre los bancos o las Fintech.
Se sabe que toda la actividad productiva se está moviendo hacia el entorno digital, hacia procesos de transformación digital, por ello las Pymes, las Mipymes son sectores a los cuales Ikusi busca atender en sus necesidades de optimización energética.
“Es algo que no es tangible, tenemos que medirlo. Los centros de datos que están en Querétaro, son centros que día a día tienen más consumo energético porque sus necesidades van creciendo, nuevos procesos, nuevas aplicaciones, nuevos casos de negocio, pero está también toda la parte financiera tecnológica, que es un boom, y ¿dónde se hostean? pues en los centros de datos. Ahí es donde está su corazón, su core”.
El sector productivo en su conjunto debe tomar conciencia sobre la trascendencia de cumplir con estándares sustentables y sostenibles, no se trata de “ser buena onda” con el medio ambiente, sino procesos que en breve serán regulados, que tendrán normativas muy puntuales que obligadamente deberán cumplirse.
En su conversación con ConsumoTIC, el directivo juzgó conveniente romper con los mitos relacionados con la idea de que la integración de procesos sustentables y sostenibles son caros, que requieren equipo, máquinas y personal invasivo, ajeno a la operación de una empresa.
“Se trata de una licencia que tedrá un gasto mínimo, respecto de lo que ya se utiliza. No es un valor, al contrario, los beneficios son inmediatos y en el mediano y largo plazo van a representar tremendos ahorros de energía y otro tipo de gastos que están generando, por eso lo veo como un mito… meternos a procesos de sustentabilidad es estar midiendo la realidad, es poner los pies en la tierra”, concluyó.
C$T-EVP