A pesar de la creciente frecuencia con la que escuchamos la frase “ya nadie ve la televisión”, las cifras demuestran lo contrario. Aunque la presencia de teléfonos inteligentes, el crecimiento de los sistemas de televisión por cable y el aumento exponencial en el uso del internet son innegables, sin embargo, aún es muy importante el porcentaje de consumidores que ven noticias, películas, deportes, series y hasta telenovelas en la forma tradicional.
Así lo revela la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales 2022 elaborada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) a través de entrevistas directas con una muestra de 8 mil 750 casos finales, 80 por ciento en ciudades y 20 por ciento en áreas rurales en todo el país, con una distribución de edades y estratos socioeconómicos diversos.
De acuerdo con las entrevistas levantadas a un universo conformado por 52 por ciento de mujeres y 48 por ciento de hombres, 95 de cada 100 hogares en México cuentan con televisor (cifra similar al de los hogares que cuentan con teléfono celular) e incluso en promedio tienen 1.7 aparatos por cada casa. Y de quienes dijeron tener televisión, 77 por ciento ve señal abierta, básicamente noticias y películas.
En el 53 por ciento de las viviendas con televisión, sólo se ve la señal de la tv abierta; es decir, no se cuenta con sistemas de paga y de este último universo (sin acceso a señal restringida), la mitad (el 49 por ciento), declaró que no contrata ese servicio debido a que considera muy alto el precio.
De acuerdo con la encuesta recién publicada por el IFT, en 47 por ciento de los hogares donde sí hay televisión por cable, 63 por ciento de las personas entrevistadas dijo que, además de ver los canales de paga, continúa viendo la tv abierta con un promedio de 2.5 horas frente a la pantalla, si bien muchas de ellas revisan contenidos de internet por medio de otros dispositivos o bien escuchan el radio simultáneamente. Incluso hay quienes hacen las tres cosas a la vez.
En la televisión abierta, las noticias siguen siendo lo que más se consume, con 47 por ciento; películas con 43 por ciento. Las telenovelas son vistas por 36 por ciento de las personas, en tanto que deportes son 23 por ciento los seguidores, series ,23 por ciento; caricaturas con 17 por ciento, programas cómicos con 11 por ciento, musicales 8.0 por ciento y por último, documentales o programación cultural, con apenas 5.0 por ciento de las audiencias.
Cabe señalar que estos porcentajes difieren significativamente con los hábitos de quienes ven la televisión de paga, donde los primeros sitios de preferencia de consumo de contenidos se distribuyen de la siguiente manera: películas 61 por ciento; series 42 por ciento; deportes 29 por ciento; noticias 23 por ciento y caricaturas 21 por ciento.
Llama la atención que, en comparación con la televisión abierta, la preferencia por ver documentales y programación cultural en la televisión de paga aumenta significativamente, pues mientras en las señales abiertas alcanza sólo 5.0 por ciento, en las restringidas se eleva hasta 14 por ciento.
La televisión abierta se ha convertido básicamente en un sistema exclusivo (o casi exclusivo) de la intimidad del hogar. Quienes dijeron consumir canales abiertos, lo hacen en el 98 por ciento de los casos en sus domicilios particulares, donde hay una importante presencia de personas con distintos tipos de discapacidad que ven las diferentes señales de tv abierta disponibles: 75 por ciento.
La Encuesta revela también algunas particularidades que estuvieron muy ligadas a la pandemia y que ahora parecen ya no estarlo tanto. Por ejemplo, 26 por ciento de quienes dijeron tener televisión por cable, afirmó que había contratado el servicio por el acceso a clases a distancia, pero es evidente que se ha dado un cambio importante en ese particular, pues hoy 79 por ciento de los niños que ve televisión abierta prefiere abrumadoramente el Canal 5 de Televisa (68 por ciento) y sólo 5.0 por ciento sigue la programación de “Aprende en Casa”.
Respecto a la tecnología de los televisores que hoy en día se usan en los hogares para ver las señales abiertas, se observa una diferencia entre los ámbitos urbanos y rurales. En las ciudades, 83 por ciento de los aparatos son digitales (65 por ciento de ellos Smart TV) y 17 por ciento analógicos; mientras, en zonas rurales el 76 por ciento de las televisiones son digitales (41 por ciento de ellas Smart TV) y el 24 por ciento analógicas.
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