En el mundo digital actual, la seguridad de los datos es una cuestión de supervivencia empresarial. Los ciberataques son esa amenaza omnipresente que puede afectar a cualquier compañía, independientemente de su tamaño o sector.
La realidad es que nadie está completamente a salvo de estos ataques y las consecuencias pueden ser devastadoras: interrupciones operativas, pérdidas financieras significativas y daños irreparables a la reputación. Por eso, es crucial que las organizaciones adopten medidas proactivas para protegerse y blindarse de los ciberdelincuentes.
La tecnología avanza aceleradamente para bien y también para mal, los hackeos son un mal cada vez más común. En 2023, México enfrentó un desafío considerable en términos de ciberseguridad. Según un informe de Fortinet, el país recibió 94 mil millones de intentos de ciberataques, 178 mil 843 ataques por minuto. Esta cifra subraya la importancia de fortalecer las medidas de seguridad para protegerse contra amenazas cada vez más sofisticadas, dirigidas y hasta optimizadas con IA.
Para una empresa pequeña la filtración de información puede significar su extinción. De acuerdo a un estudio de IBM, el costo promedio de una fuga de datos es de aproximadamente 4.45 millones de dólares, pero las empresas que implementan tecnologías de ciberseguridad pueden ahorrar hasta 1.76 millones de dólares en comparación con aquellas que no lo hacen.
Sin duda, la digitalización llegó para optimizar procesos, facilitar servicios, mejorar muchos aspectos de la vida personal y de los negocios; sin embargo, nos urge considerar todos los riesgos que en esta se presentan y hacer frente proactivamente con protección digital, entendiéndola como el conjunto de prácticas y estrategias adoptadas para asegurar la confidencialidad, disponibilidad e integridad de los datos en Internet. Esto incluye desde la ciberseguridad, la gestión de credenciales de acceso, la prevención de fraudes online hasta el aseguramiento de la empresa.
Hay que aceptar que, aunque dispongamos de la mejor solución en ciberseguridad, autentificadores multifactor, firewalls, entre muchas otras herramientas, el riesgo es latente por el error humano. Para blindarse por completo, siempre hay que considerar que un segundo de distracción puede abrir la ventana a una intrusión que termine en robo de información.
Según CrowdStrike, un hacker puede acceder a la información sensible de una empresa en tan solo 79 minutos después de obtener acceso inicial. En algunos casos, este acceso puede ser aún más rápido, llegando a solo siete minutos.
La privacidad digital es un tema relevante al que cada vez se le pone mayor atención, las leyes de protección de datos están diseñadas para garantizar el derecho a la privacidad de la información personal. En este contexto, las empresas deben asegurarse de cumplir con estas regulaciones para evitar sanciones y mantener la confianza de sus clientes.
La gente se preocupa por su privacidad en Internet, aunque comparta todo en redes sociales, y esto se refleja en la resistencia a las compras en línea por motivos de privacidad. Por su parte, las empresas deben preocuparse por las sanciones que marcan las autoridades ante el robo de información.
En México, las multas por incumplimiento de la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares (LFPDPPP) pueden ser significativas, Según la ley, las multas por incumplimiento pueden variar desde 100 hasta 320 mil Unidades de Medida y Actualización (UMA).
Teniendo en consideración que el valor de una UMA es de 113.14 pesos, una multa por robo de información personal podría llegar hasta los 36 millones 204 mil 800 pesos. Además, si se tratan datos sensibles, estas multas pueden duplicarse.
Proteger los datos digitales requiere un enfoque integral que combine herramientas tecnológicas, buenas prácticas y seguros corporativos. Al entender que todos estamos en riesgo y tomar medidas proactivas, podemos asegurar la continuidad de nuestros negocios y proteger a nuestros clientes y empleados. Además, es crucial mantenerse informado sobre las amenazas emergentes para estar mejor preparados para enfrentar los desafíos constantes de la delincuencia digital.
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