Lo que siembras hoy cosecharás mañana. Es así como en pocas palabras podría explicarse un profundo concepto que cada vez más está en la mente del sector empresarial, inversores, gobierno y sociedad: La sostenibilidad en su dimensión medioambiental, social y gobernanza.
Environmental, Social y Governance (ESG, por sus siglas en inglés) es una poderosa tríada, que da forma a una cultura empresarial basada en principios y convicciones que colocan en sano equilibrio la calidad corporativa, el compromiso con la comunidad, la diversidad y la inclusión al interior de las organizaciones, con el desempeño financiero.
Un poco de historia.
Los criterios sostenibles y el actuar socialmente responsable de las empresas no son nuevos; en la década de los 90 tuvieron tanto peso que incluso se lanzó el Dow Jones Sustainability Index como el primer índice global en la materia; por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) puso en marcha por esas mismas épocas, los Principios para la Inversión Responsable.
Con la llegada del nuevo milenio, la evolución de la Responsabilidad Social Corporativa dio vida a los criterios ESG que hoy son una referencia clave en la Inversión Socialmente Responsable (ISR), es decir, el conjunto de decisiones tomadas con base en los resultados financieros de una empresa, pero también y de manera decisiva, en el bien social y corporativo que son capaces de generar.
La relevancia de la filosofía ESG es tal que en 2020, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y Standard and Poor’s Dow Jones Indices (S&P DJI), lanzaron el nuevo índice “S&P/Total Mexico ESG Index”, que reúne a un grupo de empresas mexicanas de diversos sectores que ya implementan características ambientales, sociales y de gobierno corporativo en sus modelos de negocio.
Merco, más allá de una evaluación corporativa.
Recientemente en México se revelaron los nombres de las 100 empresas más responsables en términos de ESG, una evaluación que realiza el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (Merco).
Aunque a nivel global existen diversos instrumentos de evaluación reputacional, el diseñado por Merco tiene características sumamente especiales: Se basa en una metodología “multistakeholder” y es el primer monitor auditado del mundo, pues el seguimiento y verificación de su proceso de elaboración y resultados es objeto de una revisión independiente por parte de KPMG, con base en la norma ISAE 3000.
Así, el Merco ESG México 2021 se construyó a través de tres rankings: Environmental, que integra a las empresas más responsables con el medioambiente; Social, incluyendo a la firmas más responsables en el ámbito interno, clientes y sociedad; Governance: que suma a las firmas más responsables a nivel ético y de gobernanza, que a su vez dan lugar al ranking global.
En dicha lista, Grupo Bimbo se coloca como la empresa más responsable en términos ESG de México en 2021, seguido de Grupo Modelo, BBVA y Nestlé; mientras que Google y Walmart se sitúan en la quinta y sexta posición.
Merco proporciona además información relevante a nivel sectorial, siendo telecomunicaciones uno de los más importantes y en el que una empresa con apenas siete años operando en México se ubica con indiscutible liderazgo: AT&T. En segundo y tercer sitio, se encuentran Telefónica y Telcel.
Para Itzel Torres, directora general de Merco México la reputación corporativa es uno de los recursos intangibles o indicadores no financieros del mundo empresarial más importantes, ya que se ve representado no sólo ante los clientes, sino con los inversionistas, en el momento de atraer talento, así como en la relación con los gobiernos, la academia y la sociedad en general.
“La reputación corporativa es en pocas palabras la relación entre lo que dice una empresa, lo que hace y lo que se percibe de ella. Hoy, son más importantes los temas intangibles como la salud, el cuidado del medioambiente, el bienestar personal, y eso nos indica que todos los hábitos han cambiado y que las empresas tienen que evolucionar. Hoy es posible copiar un producto o un servicio, pero la reputación corporativa no”.
Hace nueve años, detalló, las dimensiones más importantes al momento de medir la reputación corporativa, eran temas relacionados con productos, servicios y ganancias de las empresas; en la actualidad, la atención se centra en la responsabilidad social, el talento, la innovación y la tecnología.
“Incluso, podemos decir que la dimensión que más crecimiento ha tenido es el comportamiento ético, seguido de la transparencia y el buen gobierno y la responsabilidad con los empleados”.
ESG, una gafas que sí o sí, hay que ponerse.
En un país como México, marcado por problemas estructurales como la desigualdad social, la disparidad económica y una amplia brecha digital que aleja a las personas de los beneficios que otorga la adopción tecnológica y la conectividad, el carácter transformador que naturalmente tiene el sector telecomunicaciones puede potenciarse a gran escala con los criterios ESG.
Más allá del papel, los discursos y el marketing en el que pudieran caer organizaciones ancladas a un pasado en el que la responsabilidad social era vista como una moda, la filosofía ESG es asumida por empresas que han sido capaces de identificar la falsa dicotomía entre ser una organización rentable o sostenible.
Contar con agendas sociales, ambientales, de gobernanza corporativa y ética, es una práctica que permite a las empresas administrar mejor sus riesgos, invertir en nuevas tecnologías y disminuir costos.
El compromiso de una empresa telecom con visión ESG debe centrarse en las múltiples realidades, beneficios, riesgos, oportunidades y desafíos que enfrenta la ciudadanía en la vida física como en la digital.
De ahí que el uso responsable de la tecnología, impulsar el desarrollo de una ciudadanía digital informada, sana y creativa, el apoyo a las mentes emprendedoras del país, el respeto al medio ambiente y la realización de trabajo comunitario real y duradero, son algunos de los ejes que permiten pasar los criterios ESG, del papel a la práctica.
Y tú, ¿ya observas el mundo con gafas ESG?
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