La Inteligencia Artificial (IA) está revolucionando al mundo y la industria de la seguridad en México no iba a ser la excepción. Gracias a la tecnología se está transformando profundamente cómo se previenen, detectan y gestionan las amenazas. Lejos de la tradicional respuesta reactiva a incidentes, la IA permite un giro hacia un modelo proactivo y preventivo que promete mitigar riesgos y potenciar la resiliencia social y organizacional.
México es un país que enfrenta retos significativos en materia de seguridad, el INEGI señala que el 69.9 por ciento de los mexicanos se sienten inseguros en sus lugares de residencia, y la percepción de inseguridad ha aumentado un 11.3 por ciento en los últimos meses, pese a las estadísticas oficiales de detenciones y decomisos.
Este contraste evidencia un vacío entre reportes oficiales y la realidad social que debe ser atendido con transparencia y eficacia, en donde la IA puede ser un aliado debido a su contundente capacidad para procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real, información que se puede emplear para anticipar riesgos que la vigilancia humana sola no puede gestionar con la misma efectividad.
El escenario está puesto y las plataformas basadas en IA que integran análisis predictivo y monitoreo en tiempo real ya están disponibles y listas para centralizar datos provenientes de cámaras inteligentes, sensores IoT y otros dispositivos para detectar patrones anómalos que anticipan eventos delictivos o ataques digitales antes de que se conviertan en incidentes mayores.
Este enfoque preventivo apoya la urgencia de transformar el modelo de seguridad mexicano y global, y alejarse de vigilancia para investigar, cuando el suceso ya tuvo lugar. Por qué, ¿de qué sirven miles de cámaras en cada ciudad, si la información solo se usa después de que pasó una tragedia?
Si la IA puede ser empleada a gran escala para salvar vidas, en la seguridad privada también puede transformar industrias. Con aplicaciones prácticas que van desde las cámaras de vigilancia de un comercio, hasta reconocimiento facial y biometría, estas tecnologías automatizan tareas, disminuyen errores y optimizan recursos, permitiendo identificar movimientos sospechosos, objetos abandonados o actitudes que podrían indicar una amenaza inminente. Y al mismo tiempo pueden dar datos positivos, como perfiles de clientes en un retail, espacios más concurridos, horas con más visitas, entre otra información de valor para la toma de decisiones.
Tecnología para salvar vidas
La IA ayuda a analizar videos y grabaciones retrospectivamente, detectando patrones o incidentes que pasarían desapercibidos para el ojo humano, o que requerirían más tiempo y talento.
En términos de gestión de emergencias y monitoreo, la IA mejora la capacidad para responder y fortalece la anticipación. Sistemas que fusionan datos de múltiples fuentes permiten a los centros de control urbanos y de seguridad manejar situaciones con una visión integral y en tiempo real. Zonas con cobertura limitada o complejidad urbana, tradicionalmente vulnerables, se benefician de equipos móviles inteligentes que operan con algoritmos predictivos, extendiendo el alcance y la eficacia del personal en terreno.
El cambio hacia un modelo preventivo que anticipa y actúa con rapidez debe venir acompañado de una reflexión crítica sobre quién controla y cómo se implementan estas tecnologías. La capacitación continua del personal de seguridad, tanto público como privado, es indispensable para aprovechar al máximo estos avances, así como una adaptación ética responsable que evite abusos y salvaguarde derechos fundamentales.
Las cifras de detenciones y decomisos deben ir acompañadas de la confianza ciudadana, donde la tecnología es un recurso disponible hoy en día para transformar profundamente la gestión de riesgos. El despliegue responsable de la IA en las plataformas tecnológicas de seguridad puede permitir que gobiernos y empresas anticipen amenazas y construyan resiliencia.
Para salvar vidas, México y otros países deben cuestionarse sus decisiones actuales y adoptar una visión de futuro que incorpore estas tecnologías como pilares de una estrategia integral. La IA aplicada a la seguridad pública y privada tiene el potencial de cambiar radicalmente el paradigma, pero solo si va acompañada de voluntad política, inversión estratégica y un compromiso ético profundo.
La promesa de la inteligencia artificial es una realidad ya presente y su implementación en la seguridad debe ser un llamado a repensar modelos, desafiar inercias y superar el escepticismo social. Solo así será posible transitar de la inseguridad extendida y la reacción tardía, hacia un futuro donde la prevención inteligente y la gestión eficaz sean la norma que garantice la protección de todos.
C$T-GM







































