En el sector mexicano de las telecomunicaciones hay un río revuelto que promete ganancias para algunos operadores, en especial para uno que le ha dado motivos al mismísimo Carlos Slim Helú para asegurar que es un cliente preferencial en la Red Compartida que opera Altán Redes. Se trata de Bait, el operador móvil virtual de Walmart que ya supera los 18 millones de usuarios.
En su reciente conferencia anual, Slim Helú, dueño de América Móvil, dijo que “Altán nada más tiene un cliente y le da baratísimo”, en alusión al reclamo que Telcel hizo en 2024 al IFT en torno a que Altán podría estar dando un trato diferenciado a Walmart, lo que ha generado un rápido crecimiento en su base de usuarios.
Aunque el IFT no advirtió elementos para considerar que Altán Redes hubiera faltado a sus obligaciones de neutralidad a la competencia, la inconformidad del ingeniero y la respuesta del agonizante órgano regulador se colocan en lo que podría ser la antesala de la “Ley Walmart”.
Y es que todo apunta a que en breve el Congreso iniciará el proceso de análisis y aprobación de lo que será la nueva Ley Federal en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión, documento del cual ya se tiene un primer borrador que, de entrada, “tachonea” varios artículos del capítulo dedicado a las redes públicas.
Por ejemplo, en la nueva ley podría quedar eliminado el artículo 141 que aparece en la actual Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR) y que se refiere a cómo los concesionarios con participación pública deben sujetarse a principios de neutralidad a la competencia cuando sus fines sean comerciales.
Las preguntas son obvias: ¿por qué restar regulación pro competencia cuando lo que se requiere es apretar tuercas en un mercado móvil que está viendo crecer sin freno a un sólo Operador Móvil Virtual que en sólo cuatro años rebasa los 18 millones de clientes? ¿Quién vigilará y sancionará violaciones al título de concesión de la Red Compartida? ¿Hará esta tarea el gobierno mexicano, que por cierto, también es accionista en Altán?
Las suspicacias en torno a la relación de Walmart y su operador Bait, con Altán-CFE y el nuevo ente regulador no son gratuitas, pues además de Telcel, desde 2024 otros operadores como AT&T México y el sector de los Operadores Móviles Virtuales (OMVs) han señalado una serie de prácticas que encienden los focos rojos: tratos preferenciales que impiden a la competencia igualar ofertas y poca claridad en el número de líneas activas que se reportan como activas.
En su informe financiero del cuarto trimestre del año, Walmart informó que ya suma 18.3 millones de usuarios activos, es decir, aquellos con al menos una transacción en los últimos seis meses, incluyendo líneas de Home Broadband y Mifi.
Nótese que aunque desde este año, el IFT considera que una línea activa es cualquiera que haya cursado tráfico entrante o saliente, al menos una vez en los últimos tres meses, desde la perspectiva de algunos operadores esta definición permitiría mantener “vivas” las líneas que reciban una llamada o un SMS en los últimos tres meses, y para ello sólo bastaría el envío periódico de un mensaje, lo que genera una distorsión en los totales que reportan las empresas.
Siguiendo con los números de Bait, el total de usuarios reportados refleja un crecimiento de 3.2 millones de usuarios activos sólo en el comparativo con el tercer trimestre del 2024, pero con relación a todo el 2023, el incremento es de más de 6.5 millones de usuarios, lo que se traduce en un alza de 55 por ciento en la base total, en sólo un año.
Pero, ¿a qué se puede atribuir este espectacular crecimiento de una empresa que entró al mercado móvil apenas hace cuatro años? Altán adjudica el éxito de su cliente, Bait, a los 3 mil 400 puntos de venta que ofrecen recargas de saldo de este operador móvil virtual a nivel nacional.
La interrogante es por qué la bonanza de usuarios nuevos no alcanza a Coppel con su marca Redi, o a Oxxo Cel que tiene el respaldo de más de 22 mil puntos de venta de la cadena Oxxo.
Bait es uno de los más de 100 OMVs que ofrecen sus servicios de telefonía móvil e internet a través de la Red Compartida, cuya operación está a cargo de Altán, una empresa que no solamente fue rescatada por el gobierno mexicano, sino que para entrar a participar en el mercado mayorista de las telecomunicaciones no pagó un sólo peso por el uso de la banda de 700 MHz y, peor aún, sigue estando subsidiada, pues tampoco paga derechos por el espectro.
En contraste, los desproporcionados precios por el uso del espectro radioeléctrico tiene contra las cuerdas a una industria móvil que lucha por mantener el ritmo de sus inversiones tratando de asegurar su sostenibilidad financiera, todo ello en un contexto marcado por ingresos promedio por usuario en descenso.
Lo cierto es que la incertidumbre que prevalece en el sector telecomunicaciones, de cara a la reconfiguración del marco legal e institucional, parece no preocupar a Bait, que dirige Gabriel Cejudo, -que hasta octubre de 2023 trabajó en Altán redes como vicepresidente Ejecutivo Comercial-, pues será en este 2025 cuando empezará a incursionar en el retador modelo de pospago.
Una vez que el proyecto de la nueva ley telecom llegue a las manos de las y los legisladores, estos servidores públicos tendrán el reto de aprobar un andamiaje legal que garantice lo mínimo indispensable para que el sector móvil mexicano siga siendo un motor de desarrollo e inclusión, pero también tienen la obligación ética y moral de allanar un piso realmente parejo; de no hacerlo, perpetuarán la dañina política de cuates que tanto daño le ha hecho a México.
C$T-GM