Día con día ocupamos la tecnología desde que despertamos: comenzamos a revisar Instagram, whatsapp, el correo electrónico, las redes sociales… Aunque es una realidad que la tecnología nos hace la vida más fácil y nos permite ahorrar tiempo con diversas actividades, cabe preguntarnos: ¿cuántas horas a la semana pasamos frente a una pantalla?
Cuando se empieza a hacer cuentas, posiblemente se ha estado más tiempo conectado digitalmente que relacionándonos con otras personas.
Ahora que se aproximan las vacaciones de semana santa y con ello un descanso del estrés habitual, es importante tomar en cuenta la posibilidad de hacer una pausa también de la vida digital y conectarnos más con nosotros mismos, con nuestros deseos, anhelos y planes, para quizá cuestionarnos y analizar si vamos por el camino correcto en nuestras metas.
Es ahí donde se puede aplicar un detox digital, es decir, un periodo en el que se debe evitar conectarse a los aparatos tecnológicos como laptops o smartphones. Lo fundamental de este proceso es concentrarse en el presente y poder registrar esos pequeños acontecimientos que suceden a nuestro alrededor cuando no estamos mirando una pantalla.
Y es que, permanecer en uso y conexión constante del mundo digital, sobre todo en ambientes laborales en los que se ejerce un uso habitual de redes sociales y ordenadores, entre otros dispositivos, pueden aparecer consecuencias negativas en la salud de las personas.
Esto toma lógica cuando se observan datos como los de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) que señala que en promedio al día, los internautas pasan 4.8 horas conectadas a internet.
Algunas consecuencias negativas que pueden aparecer debido a un uso excesivo de la tecnología y que también afectan la estabilidad emocional son las siguientes:
- Aislamiento social
- Pérdida de placer en las actividades diarias
- Ansiedad
- Sedentarismo
- Trastornos del sueño
- Pérdida de memoria
- Fatiga
- Tensión ocular
- Fobias, como la nomofobia, que es el miedo de no tener a la mano el celular.
- Problemas de comunicación con la familia
Todo ello puede prevenirse con ayuda del detox digital, pues si se lleva a cabo de forma óptima reducirá los niveles de estrés y ansiedad, permitirá la regulación del ciclo de sueño y potenciará la creatividad y la capacidad en la toma de decisiones. Además, ayudará a encontrar un equilibrio y tranquilidad personales que ninguna pantalla ofrecerá.
La dependencia que se desarrolla con el uso excesivo de pantallas puede comenzar a trabajarse poniendo distancia del uso de internet, de aplicaciones digitales, y dedicar más tiempo a otros aspectos de la vida, como socializar, pasear o realizar actividades físicas.
Por otro lado, en el clima laboral, la desconexión digital facilita que la persona deje de estar pendiente de mails de empresa, llamadas de trabajo o mensajes en su periodo de descanso, lo que permite reducir los niveles de estrés y una mayor separación entre la vida personal y la profesional, esto genera que la mente se despeje y logre enfocarse mejor cuando se requiera.
En la parte visual, la luz de las pantallas y dispositivos digitales puede resultar muy dañina para la salud de los ojos, especialmente en sesiones extensas. Desconectar y apagar el teléfono permite relajar la vista y reducir los riesgos asociados al abuso tecnológico.
A pesar de conocer los beneficios de realizar un detox digital, no es tarea sencilla, pues es una realidad que hay mucho que hacemos gracias a los medios digitales y puede aparecer la sensación de que algo muy importante está pasando y no nos vamos a enterar, en esos casos es comenzar poco a poco, por ejemplo, hacerlo un día, o algunas horas.
Una idea que puede ser de mucha utilidad en el proceso es llevar un diario escribiendo emociones, sentimientos, pensamientos, acciones, etcétera, todo aquello que sucede cuando no se está conectado.
También escribir cómo se sintió el cuerpo, si se interaccionó con los demás o si hubo alguna preocupación. En muchos casos, se llega a la conclusión que nada “malo” ocurrió y que no estábamos perdiéndonos de nada realmente importante.
Algunos hábitos que se pueden ir implementando es establecer franjas horarias de desconexión, evitar usar el teléfono antes de dormir o buscar otras actividades de ocio que no impliquen dispositivos digitales como un deporte.
Si se va a realizar un detox digital, es importante llevar el proceso poco a poco, ir revisando los resultados y registrando si hay cambios. El primer paso es determinar el tiempo en el que se realizará la desconexión. Si bien, no existe regla alguna de tiempo, lo recomendable es una semana para comenzar.
En segundo lugar, hay que recordar que, para comenzar a resolver un problema, primero es ser consciente de ello. Es importante preguntarse ¿qué quiero hacer en este tiempo?, ¿quiero trabajar en un proyecto que no implica dispositivos digitales?, ¿deseo liberarme del estrés?, ¿disfrutar de la naturaleza o terminar de leer un libro? ¿Estar inmerso en la tecnología ha generado que me pierda de otras cosas que me gusta hacer?
En el proceso de desintoxicación digital, desactivar notificaciones que pueden hacer caer en la tentación de dar clic y mantener sólo las notificaciones importantes resulta de gran ayuda. También es de vital importancia avisar a las personas más cercanas sobre el estar ausente para evitar preocupaciones o malentendidos.
Definitivamente no podemos desapegarnos por completo de la tecnología puesto que, por motivos escolares, laborales o sociales, hacemos uso de ella, sin embargo, de vez en cuando es conveniente reducir el estrés para volvernos a enfocar y valorar lo que realmente es importante además de mejorar nuestra salud mental.
Ser conscientes de nuestro entorno nos mantendrá humanos y conscientes, conectar con nuestros seres queridos, nuestras actividades favoritas, sobre todo con nosotros mismos. ¿Te atreves a hacer un detox digital?
C$T-GM