La respuesta a qué grupo empresarial fue el ganador indiscutible de la reciente licitación de la banda AWS difícilmente puede ser unánime. Si bien Telcel acumuló más espectro en toda la banda, AT&T tendrá ahora la mayoría de las frecuencias que pueden ser utilizadas prácticamente de manera inmediata.
Con la evidencia que se tiene hasta el momento, quizás sea oportuno un cambio de pregunta: ¿qué objetivos perseguían los participantes?
En febrero el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) adjudicó espectro adicional para servicios móviles en el país que incrementa en 29 por ciento aproximadamente la capacidad disponible. Las concesiones que se adjudicarán corresponden a la banda 1.7/2.1 GHz, conocida comúnmente como AWS (Advanced Wireless Services).
El rol de esta banda no es menor en el contexto doméstico: las redes comercializadas como 4G LTE por Telcel y AT&T aprovechan estas frecuencias y más capacidad asignada promete mejores experiencias al usuario final en términos de velocidad de transmisión de datos, especialmente en zonas con alta densidad de conexiones.
En el contexto internacional, AWS no es una banda global, pero en América la aprovechan países como Canadá, Estados Unidos, Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Puerto Rico y República Dominicana, por nombrar algunos casos.
Los resultados de la licitación indican que al final de la ruta quedarán asignados 130 de los 140 MHz concursados hasta la fecha: los 90 MHz de la sub banda AWS-1 (50 MHz para AT&T y 40 MHz para Telcel) y 40 de los 50 MHz de la sub banda AWS-3 y su extensión, los cuales serían concesionados a Telcel.
A reserva de tener los resultados completos por cada ronda de la subasta combinatoria de reloj, se puede inferir que la competencia en la subasta se centró en los lotes AWS-1 y que en el diseño final de la subasta fue altamente relevante un cambio sugerido por AT&T en relación a los topes de espectro que contemplaba originalmente el IFT.
En la respuesta del IFT a los comentarios de la consulta pública sobre la licitación (Disponible en: http://www.ift.org.mx/sites/default/files/industria/temasrelevantes/5186/documentos/respuestasgeneralesaloscomentarios.pdf), AT&T propuso usar un tope de espectro específico para la banda AWS-1 de 2×25 MHz (50 MHz) en lugar de un esquema general aplicable a toda la banda de 80 o 60 MHz en total independientemente de la sub banda.
Debido a que durante la subasta AT&T tendría una tenencia virtual de 30 MHz y Telcel de 20 MHz y el concurso asignaría 40 MHz, este tope específico a la sub banda AWS-1 garantizaría que los lotes de la franja pudieran ser obtenidos por al menos dos participantes.
Antes de la licitación, el IFT autorizó en diciembre 2015 un intercambio de concesiones entre Telefónica y AT&T por el cual el primer grupo traspasó al segundo todas sus licencias en la banda AWS. Esto delineó en parte el escenario de una subasta entre dos: AT&T y Telcel, es decir, los concesionarios de frecuencias AWS.
Una subasta de espectro no siempre puede explicarse como una “carrera” para ver qué grupo adquiere más licencias. Si bien algunos participantes pueden tener el objetivo de obtener la mayor cantidad de espectro, otros pueden tener intereses distintos, como adquirir sólo un mínimo de capacidad en otras bandas, algunos bloques regionales o sólo lotes adicionales en una misma franja de espectro.
Esto implica que los participantes en una subasta de espectro radioeléctrico no siempre compiten directamente, incluso cuando se obedece un diseño que busque maximizar la competencia.
Por ejemplo, en su artículo “Las subastas de espectro radioeléctrico en España”, Juan José Ganuza y Fernanda Viecens muestran que España subastó el dividendo digital (800 MHz en Europa) siguiendo el diseño del proceso alemán, pero con resultados distintos en cuanto al valor final de las licencias.
Ambos países usaron el mismo tipo de subasta y adjudicaron la misma capacidad (60 MHz). No obstante, en Alemania el precio de cada MHz por habitante (precio MHz-Pop) rondó lo 1.03 dólares y en España 0.60 dólares, es decir, una diferencia de más de más del 60 por ciento.
Los autores explican que en Alemania cuatro empresas competían por seis licencias (10 MHz cada una) y en España eran tres las que competían con posibilidades reales por el dividendo.
En consecuencia, la subasta alemana fue más competida de modo que una empresa se retiró de la competencia por estas licencias, asignando dos concesiones por empresa, mientras que en España se alcanzó este balance con menor competencia interna entre los postores.
En el caso mexicano no se publican todavía los resultados por ronda de la subasta, pero el IFT en su documento “Mitos y realidades de la licitación de 80 MHz de espectro en la banda AWS” da indicios de que AT&T no compitió por licencias AWS-3:
“…al finalizar el proceso de subasta, 10 MHz de la sub-banda AWS-3 quedaron disponibles, ya que Telcel llegó al límite de espectro establecido, mientras que AT&T decidió no incluir ese bloque adicional dentro de su oferta en la licitación.
Ello pone de manifiesto que no existió interés del mercado por ese bloque que no fue seleccionado”, indica el IFT en su comunicado.
En otras palabras, si AT&T no ofertó por bloques AWS-3, Telcel no compitió con dicho operador por esas frecuencias y por lo tanto las rondas de la subasta se centraron en definir la tenencia de la sub banda AWS-1. En esta franja, AT&T llegó al tope de 50 MHz y Telcel no.
La Licitación IFT-3 no muestra indicios de haber sido una “carrera” sobre toda la banda AWS, pues AT&T no adquirió espectro AWS-3 incluso cuando pudo haber conseguido un lote sin competir con Telcel, que ya no podía ofertar por ese bloque adicional por haber llegado al tope de 80 MHz para toda la banda.
La publicación de los valores del espectro en cada ronda sin duda brindará elementos para presentar mejores inferencias, pero la evidencia que se tiene hasta el momento sobre la Licitación IFT-3 sugiere que el proceso se orientó a definir la tenencia de una sub banda, la AWS-1, entre dos concesionarios que podían aumentar sus concesiones en esta franja sin competir directamente.
C$C-EVP