En años recientes, hemos observado tendencias y desafíos clave para la industria en materia de transformación digital. Por eso, vale la pena analizar una perspectiva sobre su desarrollo y las estrategias que impulsarán a las empresas en los próximos años.
La complejidad de los productos, los procesos de fabricación y las cadenas de suministro son un desafío en aumento, especialmente en la medida que la electrónica avanzada y el software representan una mayor proporción de la funcionalidad del producto. Esto se ve agravado por la aceleración en los ciclos de desarrollo, la competencia por talento y las nuevas regulaciones de sostenibilidad.
El 2024 trajo desafíos adicionales para muchos de mis colegas en tecnología, principalmente por la recurrente pregunta: ¿cómo podríamos capitalizar la digitalización en nuestras empresas?, ¿cuál es la estrategia de transformación digital que nos asegurará no solo la continuidad, sino el éxito?
Muchas empresas han reaccionado de manera desorganizada, buscando herramientas digitales para mejorar el desarrollo de productos, la producción y la gestión de información. Sin embargo, estas adopciones han sido fragmentadas y descoordinadas.
De hecho, de acuerdo con un estudio realizado por NTT DATA, solo 45 por ciento de las empresas que han apostado por tecnologías emergentes, lograron obtener rendimientos positivos de su inversión.
Navegando el viaje de la transformación digital
La transformación digital es una maratón que requiere inversión, compromiso y paciencia. Como cualquier proyecto a largo plazo, comienza con un plan estratégico basado en objetivos específicos y procesos que necesitan mejorarse. Como dice Viridiana Álvarez Chávez, alpinista mexicana poseedora de un récord Guinness, es crucial definir el Everest que queremos escalar, los campamentos base que necesitaremos y el equipo que nos acompañará.
La transformación digital implica un cambio organizacional profundo. No es solo cuestión de adoptar nuevas herramientas, sino de modificar estructuras, procesos y la forma en que trabajamos y colaboramos.
Muchas empresas han reaccionado a la incertidumbre adquiriendo herramientas puntuales sin un enfoque estratégico, lo que ha resultado en una curva de aprendizaje prolongada y resistencia a la adopción. Invertir en digitalización sin una estrategia clara puede generar frustración y limitar el impacto positivo de la tecnología.
En lugar de implementar soluciones aisladas, la transformación digital debe abordarse de manera holística. Una vez que se identifica una nueva herramienta, es fundamental optimizar o redefinir los procesos para aprovechar su potencial, especialmente cuando se requiere una mayor conectividad y colaboración.
Además, simplemente invertir en la digitalización de procesos sin intención ni estrategia conlleva el riesgo de enfrentar resistencia a la adopción o dejar atrás al equipo, mientras las personas intentan aprender nuevas habilidades o adaptarse a nuevos métodos para completar tareas. Los usuarios necesitan capacitación y un espacio para compartir comentarios, permitiendo ajustes que maximicen los resultados.
En México, 58 por ciento de las empresas ya se encuentran en la etapa de ejecución de su proceso de transformación digital, lo que refleja un avance, pero también la necesidad de una estrategia clara para asegurar su éxito, de acuerdo con KPMG.
Sin embargo, cifras de la Cámara de la Industria de la Transformación (CAINTRA), señalan que sólo 26 por ciento de las empresas han adoptado procesos de transformación digital, y de ese porcentaje, apenas 12 por ciento corresponde a Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), cifra que está por debajo del promedio global del 17 por ciento.
Algunas preguntas clave que pueden ayudar a las empresas en esta planificación son: ¿podemos desarrollar más competencias internas o es mejor asociarnos con proveedores para aumentar capacidades?, ¿dónde pueden las tecnologías digitales proporcionar el mayor valor y cómo se pueden mejorar los procesos?, ¿cómo puede la tecnología empoderar a las personas detrás de los procesos?
La digitalización debe expandirse estratégicamente, asegurando que cada nueva herramienta y proceso sean implementados de manera coordinada y con educación continua para los usuarios. Adoptar este enfoque garantiza que la transformación digital no solo sea efectiva, sino que impulse nuevas capacidades con gran impacto en la empresa.
Un ejemplo claro es el sector financiero: el uso de aplicaciones móviles para actividades bancarias en México aumentó del 54.3 por ciento al 69.1 por ciento entre 2021 y 2024, según datos del INEGI, demostrando cómo la digitalización puede transformar hábitos y facilitar el acceso a servicios.
De la misma forma, otras industrias pueden beneficiarse de la transformación digital, no sólo en sus procesos internos, sino también en su relación con los clientes, aumentando su productividad y rentabilidad, si bien todo depende de establecer una estrategia completa.
C$T-GM