En América Latina y el Caribe, caracterizada por las desigualdades y donde se estima que a raíz de la pandemia 4.7 millones de personas cayeron en pobreza y vulnerabilidad económica, es necesario ampliar el uso de las operaciones digitales, para impulsar la inclusión financiera y el desarrollo de la región.
“El acceso a las operaciones digitales promueve la inclusión financiera de las poblaciones no bancarizadas, infrabancarizadas y vulnerables y, a su vez, impulsa la resiliencia y el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas”, destacaron Avinash Marajh y Terence Gallagher, expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
De acuerdo con el Global Findex 2021 del Banco Mundial, en las zonas con acceso a pagos digitales y dinero móvil, las mujeres tuvieron 9.0 por ciento menos probabilidades de caer en la pobreza y consumieron 18.5 por ciento más que aquellas ubicadas en zonas con acceso limitado a servicios de pago digitales.
Por su parte, las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) que han estado conectadas a sistemas de pago digitales, durante la pandemia fueron más resilientes a las crisis económicas e incluso pudieron aumentar sus ventas entre 20 y 30 por ciento, cumpliendo lo que señala el Foro Económico Mundial, respecto a que estos ecosistemas representan la infraestructura invisible que impulsa el comercio.
En el blog del BID Invest “Los pagos digitales como forma de impulsar la inclusión financiera”, los expertos señalan que el hecho de que las operaciones en efectivo siguen prevaleciendo como método de pago en la región, ha provocado importantes brechas de financiamiento y profundizado las vulnerabilidades financieras.
En ese sentido, destacaron la acción desde el sector público, que ha impulsado sistemas de pago rápido como SPEI en México, Transferencias 3.0 de Argentina y PIZ en Brasil, este último país ha sido de suma importancia para el avance de América Latina en materia de inclusión financiera, por contar con el mayor número de población.
“Aunque la brecha sigue siendo significativa, el aumento del número de personas bancarizadas en América Latina y el Caribe se debió principalmente a la aceleración de los sistemas de pago digitales en Brasil”.
En 2014, el 48 por ciento de los habitantes de la región no estaban bancarizados, cifra que se redujo a 26 por ciento en 2021. Durante el mismo periodo, el porcentaje de población no bancarizada de Brasil pasó del 32 al 16 por ciento. Esto tuvo una gran incidencia en la medición total de la región, puesto que se trata del país con mayor densidad poblacional, expusieron.
En noviembre de 2020, en el punto álgido de la pandemia de COVID-19, el Banco Central de Brasil lanzó PIX, con lo que pretendía facilitar la digitalización y desarrollar una infraestructura de pagos común para el país.
Sin embargo, el mayor éxito de la aplicación fue la incorporación de un número significativo de personas infrabancarizadas y no bancarizadas durante la pandemia. Entre noviembre de 2020 y marzo de 2022, más de 40 millones de personas pudieron realizar su primera transferencia bancaria a través de PIX.
“Desde el lanzamiento de la aplicación y hasta marzo de 2022, el número de usuarios de PIX se disparó a más de 124 millones, y un informe reciente del Banco de Pagos Internacionales (BPI) reveló que la tasa de adopción que PIX alcanzó en los primeros seis meses desde su lanzamiento tardó más de 10 años en alcanzarse en otros sistemas similares de algunos países de la OCDE”.
Además, en Brasil se está planeando la introducción de PIX Garantido, a fin de ampliar el crédito a los consumidores a través de garantías proporcionadas por instituciones financieras, lo que tiene potencial de beneficiar a las Mipymes, que podrán extender el crédito a sus clientes en forma automatizada y de crear un entorno competitivo en el ámbito del crédito alternativo para personas no bancarizadas.
Si bien continúan existiendo obstáculos para la inclusión en los sistemas bancarios en la región, para los especialistas los cambios en los regímenes regulatorios y el énfasis en la infraestructura digital son las fórmulas para acelerar el uso y la adopción de los sistemas de pago digitales que pueden ofrecer beneficios a los grupos más vulnerables.
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