Las empresas de latinoamérica se vieron presionadas de migrar hacia la digitalización debido a la pandemia; sin embargo, la inexperiencia mostrada sobre el e-commerce, debería ser un tema del pasado, para alcanzar un modelo que basado en la Data permita anticipar escenarios, flujos y eventualidades futuras.
“Estamos al día de hoy en un comercio electrónico que llamaría reactivo a nivel logístico… A nivel de pérdida de potencial el impacto es tremendo; para América Latina, la demora de 15 días de la entrega de un producto hace perder 90 por ciento del potencial del comercio electrónico transfronterizo”, sostuvo José Anson, experto en logística internacional y de comercio electrónico.
En el foro virtual “Potenciando el comercio electrónico transfronterizo: logística y medios de pago”, el ex consultor de la Unión Postal Universal (UPU) aseveró que el modelo logístico del e-commerce transfronterizo en la región tiene que ser cada vez más anticipativo en lugar de reactivo, lo que ya está ocurriendo con ciertos flujos procedentes de China, aunque esto no se ha generalizado.
“Lo que es importante no es decir al cliente que su producto va a demorar 10, 15 o 20 días para recibirlo, sino que lo importante será predecir con exactitud la demanda de ese producto, para que 20, 15, 10 días antes de que la gente lo pida, se pueda empezar a mover en la cadena de suministro internacional”.
Con la data que existe se pueden anticipar los problemas en tal medida que incluso los desafíos regulatorios podrían casi desaparecer, pero ello requiere compartir datos entre todos los actores involucrados y gobernar esa compartición, explica el experto.
“Con las nuevas tecnologías se puede encaminar ese intercambio de forma cada vez más descentralizada, no pienso que un solo organismo puede ser el coordinador del intercambio de datos para que fluyan mejor las encomiendas y la paquetería de un país hacia otro, sino conectar las diferentes instituciones y organismos que pueden facilitarlo”.
En ese sentido, organismos internacionales regulatorios a nivel nacional y regional tendrán que cambiar de mentalidad, en términos de crear normativas que permitan esa circulación fluida y segura de información relacionada con las operaciones transfronterizas, porque ya existe la tecnología y la infraestructura para ello.
“Hay que trabajar mucho en la infraestructura de última milla, pero la última milla para el cliente puede ser la primera milla para el exportador y esto es muy importante al momento de convencer a los gobiernos o de captar inversiones”.
Fabián Villarroel Ríos, Director de Asuntos Regulatorios para Centro y Sudamérica, de DHL Express, destacó que existe una oportunidad para incluir a las Micro Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), pues su participación en el comercio internacional en la región es todavía muy bajo.
Sin embargo, aclaró que se tiene que incluir además de los actores tradicionales a las plataformas digitales y redes sociales, así como poner un mayor esfuerzo público y privado de comunicación hacia las Mipymes, respecto a los acuerdos internacionales, y utilizar de manera inteligente la vasta información con la que se cuenta para anticipar operaciones.
En el mismo encuentro, organizado por el Instituto para la Integración de América Latina (INTAL) del BID y ALAI, Marcela Maron, directora de Regulación Postal, de la Secretaría de Innovación Pública de Argentina, señaló que en el Congreso de la Unión Postal Universal, celebrado en agosto de 2021, se estableció la estrategia postal de Abiyán, con la que quedó claro que el objetivo está en la digitalización del sector postal y del comercio electrónico.
“Hay una estandarización del proceso a nivel internacional que facilitaría el campo para que sea el comercio electrónico transfronterizo dentro del sector postal el óptimo para que los Estados apliquen las políticas públicas necesarias… Esto suena sencillo y muy interesante, la realidad es que a veces cuesta mucho ponerse de acuerdo en lo que se tiene que hacer”.
Es posible impulsar en América Latina el comercio transfronterizo respaldado por el correo postal, para vender productos de hasta dos kilos, porque los correos del mundo, recordó, están obligados a recibirlo y las aduanas dan un tratamiento particular a este canal, porque tiene que ver con inclusión social y financiera, y las necesidades de las personas.
“Crear una figura como el expedidor designado, que sea el correo el que puede usar solo ese canal, pero que a ese canal lo pueda alimentar cualquiera… Y podemos decirle a toda la región: tienen abierto el mundo, 189 países para vender sus productos; si no nos ponemos a hacer eso desde el punto de vista del gobierno, nos estamos equivocando”, advirtió.
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