BigTech, piezas protagónicas en el nuevo ecosistema.
En América Latina, las agencias de competencia y los reguladores financieros se enfrentan al desafío de promover los cambios normativos y las estructuras de mercado que favorezcan el surgimiento y desarrollo de las FinTech, generando entornos regulatorios que eviten poner en riesgo la estabilidad del sistema financiero en el marco de un mercado competitivo, al tiempo que se abre una valiosa oportunidad en materia de inclusión financiera.
En el estudio FinTech y BigTech: barreras a la entrada y a la innovación. Estado de situación en América Latina, Esteban Manuel Greco y María Fernanda Viecens, refieren cómo el sistema bancario ha dejado de ser una red de sucursales físicas para convertirse en un sector digitalizado, con alta tecnología de la información y uso de datos.
Esta transformación, señala el documento publicado en la Revista Latinoamericana de Economía y Sociedad Digital, ha supuesto el ingreso de nuevos actores, en particular, las FinTech y las BigTech. Las FinTech son aquellas empresas que usan tecnología innovadora en servicios financieros.
Las BigTech son las grandes empresas tecnológicas que están ampliando el horizonte de sus productos para proveer servicios de pagos electrónicos y financieros, y se organizan típicamente en modelos de plataformas tales como Amazon, Google o Facebook.
“La llegada al sector de estos nuevos agentes implica nueva competencia para la banca tradicional que, frente a consumidores que demandan experiencias diferentes, cuentan con un exceso de capacidad de un capital que hoy ha visto reducida su utilidad”.
Los especialistas subrayan que una de las características distintivas de la digitalización y la introducción de innovaciones tecnológicas en el sector financiero es que, si bien traen competencia y beneficios para los consumidores, también pueden ser una fuente de riesgo para la estabilidad del sistema financiero.
“Como consecuencia, pueden surgir conflictos de objetivos entre las políticas de defensa de la competencia y las de regulación financiera, si surge un trade-off entre promover el ingreso ilimitado de oferentes y evitar un incremento del riesgo sistémico más allá de niveles razonables”.
Del análisis realizado, añaden, se deduce que la remoción de los principales obstáculos y barreras a la innovación y la competencia que surgen de las investigaciones de las agencias de competencia de la región consideradas no despiertan un conflicto de objetivos con la regulación financiera. Por el contrario, constituyen una condición para que puedan surgir y desarrollarse innovaciones disruptivas.
“Es decir, la remoción de las barreras analizadas es una condición para que el trade-off se manifieste, una vez que las innovaciones se desarrollen. Por consiguiente, el objetivo de resguardar la estabilidad financiera no sería un argumento válido para los incumbentes en un intento de evitar la eliminación de barreras de entrada como las que se identificaron en este trabajo”.
C$T-GM