A nivel global más de 5 mil millones de personas usan un teléfono móvil y aunque este comportamiento ha impulsado de manera importante la adopción de nuevos servicios como los pagos digitales, el uso de efectivo no ha sido afectado del todo, derivado en buena medida por la desconfianza y el costo que este tipo de alternativas siguen representando.
Jon Frost, jefe de Economía para las Américas del Bank for International Settlements (BIS), destacó el impacto de sistemas de pago instantáneo como PIX, operado por el Banco Central de Brasil y lanzado en el 2020, que en sólo un año alcanzó 113 millones de usuarios, equivalente al 66 por ciento de la población adulta de ese país.
“Rápidamente fue ganando participación en el mercado, de hecho superando a las tarjetas de crédito y débito, pero no es que PIX le quitó al mercado estos pagos digitales, sino que más bien los expandió y atrajo a más usuarios al sistema, redujo las transacciones de efectivo”, expuso el ejecutivo en la 19 Reunión del Diálogo Regional de Política del Sector Bancario, BankLAC: “Construyendo un sector bancario verde y digital: oportunidades y desafíos”.
En su participación en el panel “Sistemas de pago en Latinoamérica y el Caribe”, Jon Frost explicó cómo esta forma de pago facilita a los usuarios elegir los pagos entre pares, utilizar un alias, el cual puede ser el número de celular, un correo electrónico, un número de contribuyente o una clave aleatoria.
“Esto por supuesto es muy eficiente y permite que las personas envíen dinero, se envíen dinero entre ellos gratuitamente, entre pares y con un costo muy bajo, entre comerciantes, sin tener que divulgar mucha información o número de cuentas”.
Y es que, subrayó, las infraestructuras de pago públicas pueden suponer un menor costo para los usuarios y una mayor inclusión financiera, pero como clave del éxito de este sistema en Brasil es que existiera una obligación para las entidades financieras reguladas de ofrecer PIX como servicio, así como el papel de los bancos centrales como proveedores de infraestructura y creadores de normas.
“Los pagos entre pares son gratuitos, de personas a negocios sí involucran algunas tarifas para los comerciantes; tal vez tengan que pagar una tarifa al proveedor de servicio o al banco con el que trabajan, pero esas tarifas son mucho más bajas que cualquier otra forma de pago como con tarjetas de crédito o débito”.
De Colombia, Jorge Castaño, Superintendente financiero, subrayó que los dispositivos móviles son los que están ganando en volumen o el número de transacciones una mayor participación, las transferencias electrónicas también empiezan a usarse en pagos habituales en estaciones de servicio o hipermercados, aunque en operaciones menores al del 10 por ciento de sus ventas.
“Las billeteras han aumentado en un gran número, sobre todo después de la pandemia, hay cerca de 28 millones de billeteras digitales, principalmente asociadas al número de teléfono móvil; es lo que está dando la mayor flexibilidad en este tipo de transacciones”.
Los pagos digitales son un motor de la actividad económica, aunque el experto reconoció que se requiere de un rol activo del Estado para fomentarlos, así como buscar formas de gestionar los riesgos para ganar mayor confiabilidad de los usuarios.
Los dispositivos móviles están ganando aceptación para las transferencias, de manera sorprendente para las transacciones en el comercio; sin embargo, sostuvo, se debe tener un marco de referencia, porque no se pueden gestionar los riesgos como tradicionalmente se han estado haciendo antes de la pandemia.
Gloria Ortega, directora en Banco Familiar de Paraguay, destacó el avance que su país tuvo con la pandemia, que en cuatro semanas pudo montar un sistema de pago digitales a nivel nacional, con 1.5 millones de beneficiarios, casi el 40 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), aunque es importante destacar que el país tiene alta cobertura de internet y penetración de smartphones.
Aún así recalcó que el desafío es la interoperabilidad no solamente en el sector público, sino “lo que llamó la interoperabilidad del sector público, del sistema financiero y cuando digo sistema financiero incluye a los regulados y no regulados, porque detrás de cada operación hay un flujo de cobros, de pagos, de jubilaciones de protección social”.
De acuerdo con el white paper “Acelerando los pagos digitales en América Latina y el Caribe” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), presentado en mayo del 2022, entre los obstáculos que enfrenta la región para la adopción de estos pagos se encuentran el acceso fiable y de bajo costo a Internet y a la banda ancha móvil, la exclusión financiera y la desconfianza en entidades financieras. En la región, el 50 por ciento de los adultos que no tiene una cuenta bancaria atribuyen esto a la falta de confianza en las entidades financieras.
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